LECTIO DIVINA – DOMINGO 6º TO –Ciclo C

DICHOSOS LOS POBRES

LA PALABRA HOY: Jeremías 17,5-8; Salmo 1; 1 Corintios 15,12.16-20; Lucas 6,17.20-26
Ambientación: Imágenes de pobres con rostros sonrientes o actitudes de esperanza. Cartel: ¡El Reino de Dios es de ustedes!
Cantos sugeridos: Cuando el pobre nada tiene; ¿Le conocéis?

AMBIENTACIÓN:
Es Dios quien ha salido al encuentro de los pobres, los hambrientos…, los ha elegido y les ha mostrado el camino de los justos. Ellos han puesto su confianza en Dios, llenando así de sentido su esperanza.

Oración inicial
Señor Jesús,
Tú que has sabido confiar
y esperar todo de tu Padre,
haciendo de Él tu único y verdadero bien,
te pedimos que nos ayudes a vivir como Tú,
confiando y esperando siempre en Él.
Ven y danos la gracia de vivir como lo hiciste Tú,
buscando realizar el proyecto del Padre,
buscando que sea Él nuestro Dios y Señor,
el que nos vaya moldeando de acuerdo a su corazón,
buscando que sea Él todo para nosotros,
así como lo hiciste Tú.
Señor, derrama tu gracia en nosotros,
y ayúdanos a vivir lo que creemos,
a manifestar con nuestras obras
tu vida y tus enseñanzas,
para que podamos experimentar la dicha de ser Bienaventurados,
porque te buscamos de todo corazón,
buscando que Tú seas nuestro Dios y Señor,
el sentido pleno y total de todo
lo que somos y de todo lo que hacemos. Amén.

LECTIO ¿Qué dice el texto? Lucas 6,17.20-26

Motivación: Hoy día es muy frecuente confundir felicidad con placer, y buscar éste por los caminos más rápidos y fáciles; Jesús nos advierte de lo erróneo de esta postura y proclama felices a los pobres, los hambrientos y los que lloran, a la vez que advierte de la insensatez de la riqueza y la saciedad. Escuchemos:

En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se detuvo en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo:
– Dichosos los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios.
Dichosos los que ahora tienen hambre, porque quedarán saciados.
Dichosos los que ahora lloran, porque reirán.
Dichosos ustedes, cuando los hombres los odien, y los excluyan, y los insulten, y desprecien el nombre de ustedes como infame, por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. Eso es lo que hacían sus padres con los profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos!, porque ya tienen su consuelo.
¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados!, porque tendrán hambre.
¡Ay de los que ahora ríen!, porque harán duelo y llorarán.
¡Ay si todo el mundo habla bien de ustedes! Eso es lo que hacían sus padres con los falsos profetas. 

Preguntas para la lectura:

  • ¿De quiénes hablan las bienaventuranzas? ¿A quiénes van dirigidas?
  • ¿Qué se promete en cada una de ellas? ¿Cuándo tendrán cumplimiento?
  • ¿Cuál es la situación de los destinatarios de las “malaventuranzas”? ¿Por qué les irá mal?
  • ¿Qué sentido tienen los “… ¡Ay (pobres de ustedes)!”¿por qué esto?, ¿qué pretende Jesús transmitir con estas advertencias?,

MEDITATIO ¿Qué ME dice el texto?

Motivación: Jesús es admirado y seguido también hoy por mucha gente. Pero, del mismo modo que entonces, el Señor nos ha mirado de modo especial, nos ha hecho sus discípulos y nos quiere enseñar, con esta tremenda lección de las bienaventuranzas, a mirar con los ojos de Dios y a colocarnos junto a los que él siempre ha preferido.

  • El Señor nos hace tomar conciencia que los pobres son bienaventurados, porque confían y esperan en el Señor, yo, ¿confío y espero en el Señor, le doy espacio en mi vida, le permito que Él intervenga en lo que busco, hago, pienso y digo?, ¿de qué manera?
  • ¿Qué significa ser pobre? ¿Hay alegría en la pobreza? ¿Ayudamos a los pobres?
  • ¿Qué significa tener hambre? ¿Hay alegría en sufrir hambre? ¿Ayudamos a los hambrientos?
  • ¿Qué significa llorar? ¿Hay alegría en llorar? ¿Ayudamos a los que sufren?
  • ¿Qué significa ser odiado, excluido, insultado y proscrito?
  • ¿Hay que esperar al Cielo para recibir una recompensa grande? ¿Por qué?

ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Jesús es el bienaventurado por excelencia. Nosotros tenemos muchos miedos que vencer para podernos adentrar en este hermoso camino que Jesús nos muestra hacia la plenitud y la felicidad. Comencemos pidiéndole al Señor decisión y valentía. 

  • Luego de un tiempo de oración personal, compartimos nuestra oración. Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo.

CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: San Vicente, en una conferencia a los misioneros, explica el sentido de las bienaventuranzas.

Con esta palabra de bienaventuranza evangélica se entiende el estado o la colocación de un alma en una de las principales máximas de Jesucristo, según la cual hace actos heroicos de virtud, a pesar de todas las dificultades y contrariedades que le sobrevienen; se entretiene con gozo en las alabanzas de Dios, en vez de dejarse llevar por la aversión y el odio contra quienes la persiguen; y en vez de desanimarse, permanece fiel y constante en la fidelidad a su servicio. Ese estado se llama bienaventuranza cristiana o evangélica, esto es, vida de felicidad cristiana, y es una bienaventuranza incipiente, que se consumará en el cielo, ya que a la posesión de ese estado en esta vida le seguirá la bienaventuranza eterna. (XI,569) 

COMPROMISO: Las bienaventuranzas muestran que Dios se compromete con los marginados. Como seguidor de Jesús, ¿cuál es mi compromiso con ellos?  Realizar una acción a favor de los pobres, hambrientos o tristes del propio ambiente. 

Oración final
Gracias, Señor Jesús,
porque, proclamándolos dichosos,
asignas el reino de Dios y devuelves la dignidad
y la esperanza a todos los que el mundo tiene por últimos e infelices:
Los pobres y los humildes, los que lloran y los que sufren, los que tienen hambre y sed inagotables de fidelidad a Dios, los misericordiosos que saben perdonar a quienes les ofenden, los que proceden con un corazón limpio, noble y sincero, los que fomentan la paz en torno y desechan la violencia, los que son perseguidos por servir a Dios y al evangelio.
Tú fuiste, Señor Jesús, el primero en realizar tal programa.
Tú eres nuestro ejemplo y nuestra fuerza.
¡Bendito seas, Señor!

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En Power Point (Sor Pilar Caycho, HC)

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