LECTIO DIVINA – 6º DOMINGO DE PASCUA
SIEMPRE SE PUEDE COMENZAR…
LA PALABRA HOY: Hechos Apóstoles 10,25-26.34-35.44-48; Salmo 97; 1 Juan 4,7-10; Juan 15,9-17
Ambientación: Al centro un corazón grande de cartulina con los nombres de los participantes. Frase: ustedes son mis amigos.
Cantos sugeridos: Como el Padre me amó; No me eligieron ustedes
AMBIENTACIÓN:
Nos acercamos hoy al corazón del mensaje de Jesús y a la motivación más profunda de toda su vida. El origen de todo amor se encuentra en el Padre y a través de Jesús se manifiesta a los creyentes que han de responder a este don gratuito amándose mutuamente.
Oración inicial
Has sido Tú quien nos ha amado primero,
oh Cristo, que también nos llamas amigos…
Ahora en tu presencia,
como piedras vivas en tus manos te pedimos:
Úsanos en la construcción del reino de amor,
en la construcción de un templo
donde haya lugar para todos,
en donde sólo se pida amar.
Únenos a Ti… únenos en la caridad:
del amor que no excluye, sino acepta;
del amor que no ofende, sino que perdona;
del amor que no hiere, sino que cura las heridas.
Mándanos, en fin, solamente amar;
al hermano más pobre olvidado;
a quien no es como nosotros;
a quien rechaza, quizás, nuestro amor.
Y seremos verdaderamente tus amigos,
misioneros de tu presencia amorosa en el mundo.
AMEN.
LECTIO ¿Qué dice el texto? Juan 15, 9-17
Motivación: La unión entre Jesús y el discípulo, a imagen de aquella que existe entre él mismo y el Padre, es una comunión fundamentada en el amor y ha de expresarse en el cumplimiento del mandamiento nuevo. Esta relación, calificada por Jesús como “amistad”, es fuente de alegría y de buenos frutos. Escuchemos.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Como el Padre me ha amado, así los he amado yo; permanezcan en mi amor.
Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no hace lo que hace su señor: a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer, todo lo que he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los he elegido y los he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure.
De modo que lo que pidan al Padre en mí nombre Él se lo concederá.
Esto les mando: que se amen unos a otros”.
Preguntas para la lectura:
- ¿Qué tipo de relación quiere establecer Jesús con sus discípulos? ¿De qué amor se trata?
- ¿De dónde procede ese amor? ¿Cuál es su máxima expresión?
- ¿En qué consiste el “mandamiento nuevo”?
- El amor de Jesús es un amor de “elección”. ¿Quién toma la iniciativa?
- ¿Por qué llama Jesús amigos a sus discípulos?
- ¿Qué misión encarga Jesús a sus discípulos-amigos?
MEDITATIO ¿Qué ME dice el texto?
Motivación: El centro del Evangelio es el amor. Pero no se trata de un amor cualquiera, no es una simple corazonada o una pasión pasajera. El amor de Jesús es entrega total, y nosotros como seguidores y discípulos suyos, somos invitados a permanecer en él para poder dar aquellos buenos frutos que maduran cuando se pone en práctica su mandamiento.
- Como el Padre me ama a mí, así los amo yo a ustedes. ¿Qué sentimientos y qué convicciones de fe provocan en ti estas palabras de Jesús?
- ¿Te sientes realmente “amigo” de Jesús? ¿Cómo vives esa relación de amistad?
- ¿De qué manera el “mandamiento nuevo” de Jesús inspira y motiva tu compromiso cristiano? ¿Cuánta alegría experimentas al cumplir su mandato?
- ¿Qué frutos de amor te está pidiendo el Señor en estos momentos?
ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Decía Santa Teresa que orar es hablar de amistad con quien sabemos que nos ama. Por eso las palabras de Jesús que hemos meditado hoy nos conducen necesariamente a la oración. De amigo a amigo, porque nos ha demostrado el amor más grande, que es el dar la vida por los amigos.
- Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
- Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 97).
CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Así comprendió san Vicente el mandamiento nuevo del amor:
“Nuestro Señor dijo: “El que salve su vida la perderá”, y en otro lugar añade que no es posible hacer un acto de amor mayor que el de dar la vida por un amigo. ¿Y no es Dios nuestro amigo? ¿No lo es el prójimo? ¿No seríamos indignos de gozar del ser que Dios nos da, si nos negásemos a darlo por unos motivos tan dignos? Ciertamente, sabiendo que hemos recibido nuestra vida de su mano generosa, cometeríamos una injusticia si no la gastásemos según sus designios.” (XI, 520)
“Sólo nuestro Señor ha podido dejarse arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué? Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad con el prójimo. Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos, si tuviéramos un poco de ese amor, ¿nos quedaríamos con los brazos cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos esos que podríamos asistir? No, la caridad no puede permanecer ociosa, sino que nos mueve a la salvación y al consuelo de los demás.”
- Compromiso: Hacer más concreta nuestra presencia en la sociedad mediante el testimonio de la alegría en el compartir.
Oración final
Señor Jesús, Tú que nos elegiste,
Tú que nos miraste con cariño
y nos invitaste a asumir tu estilo de vida,
y quieres que permanezcamos en tu amor,
guardando tu Palabra,
te pedimos que nos des una unión tal contigo,
que, en todo momento, tengamos presente
tu manera de ser y de vivir,
para que busquemos ser como Tú, vivir como Tú,
y amar como Tú lo has hecho, hasta dar la vida,
realizando en nosotros el proyecto del Padre.
Ayúdanos Señor a amar como Tú lo has hecho
hasta el final, hasta dar la vida por ti.
Que así sea.