Este domingo el Señor Jesús en el evangelio es presentado en su misión de enseñar a sus discípulos en este pasaje conocido como “el juicio a las naciones” donde les hace saber a sus discípulos que llegará un tiempo en que todas las naciones serán sometidas a juicio por uno que vendrá como Hijo del Hombre y que se sentará en el trono de su gloria y en este juicio serán separadas las personas en dos grupos y esta separación será según sus acciones.
El principio para separar a la gente en dos grupos es LA OMOSIÓN, es decir aquello que se dejó de hacer.
Los que OMITIERON, o dejaron de hacer el bien que pudieron haber hecho son puestos a la izquierda mientras que aquellos que ACTUARON haciendo el bien a los demás son puestos a la derecha.

En esta parábola también está presente la iniciativa de algunos que los lleva a hacer el bien a los demás y eso se nota pues cuando son llamados a la derecha, preguntan “… ¿Cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?…” que son las razones por la que han sido llamados a la derecha.
Mientras que los que fueron llamados a la izquierda son acusados de no haber tomado la iniciativa en hacer el bien a quienes necesitaban de su ayuda y eso se nota en la respuesta que reciben cuando preguntan en qué momento dejaron de hacerlo “…Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con uno de estos, los humildes, tampoco lo hicieron conmigo…”.

Estos últimos domingos los evangelios hablan de finales y de participar de la fiesta o ser excluidos de ella según el comportamiento y acciones realizadas en vista que estamos llegando al final del año litúrgico donde hemos tenido ocasión de ir conociendo el misterio de nuestra fe y la vida de Nuestro Señor Jesucristo.
De allí que este evangelio también termina con una aseveración: los que dejaron de hacer el bien irán al castigo eterno mientras que los que hicieron el bien, a los que se les llama justos, son destinados a la vida eterna.

Hermanos y hermanas si nosotros realmente creemos que las enseñanzas del Señor no solamente son válidas para los discípulos en aquel entonces, sino que también son válidas para cada uno de nosotros haremos bien, mientras tengamos tiempo, ponernos a hacer el bien, que nuestro Padre Dios espera que hagamos, por INICIATIVA propia para no ser sorprendidos al final de nuestras vidas siendo enviados a la izquierda, por OMISIÓN.
No esta demás recordar a la luz del evangelio la práctica de LAS OBRAS DE MISERICORDIA tanto corporales como espirituales como expresión de servir al Señor Jesús en la persona de aquellos hermanos que necesitan nuestra ayuda.

RECORDEMOS QUE TODOS ESTAMOS INVITADOS A CELEBRAR EN COMUNIDAD A LA “VIRGEN MARÍA INMACULADA DE LA MEDALLA MILAGROSA”.

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