QUÉ BUENO ES TENER UNA MADRE

Quiero compartir esta historia de la vida real. Hace muchos años atrás, quizás alrededor de 45 años hubo dos niñas que jugaban cerca de su casa. Ellas mostraban su alegría por estar juntas. Una de ellas, llamada Marita vio a lo lejos a una persona que estaba desequilibrada mentalmente y que lo conocían que hacía mucho daño en el barrio donde vivían. Este, se acercaba en dirección hacia ellas. Junto a ellas había un pozo muy profundo destinado a colocar un poste de luz. Lucecita, amiga de Marita, estaba junto a ese pozo. Marita, al ver que se acercaba aquel hombre, lo único que atinó en hacer es: empujar a Lucecita a aquel pozo y ella correr lo más que pueda a la casa de mamá Luisa. Al venir ya con toda la familia, la madre desconsolada, y llena de fuerza a la vez, sacó a la niña de ese pozo con ayuda de unos profesionales. Lucecita cayó de tal modo que su cuerpo literalmente hablando se “se redujo o se achicó”. La mamá Luisa lo llevó pronto al médico, pero ellos no pudieron hacer nada, más que curarle algunas heridas y nada más. Los médicos sentenciaron: “ella se quedará así de pequeña para toda la vida”. Han pasado casi 45 años y ella sigue del tamaño de una almohada. Pero ¿saben? La mamá Luisa siempre estuvo y está presente. Ella le lava, la asea, le da de comer, le carga de un lado a otro dentro de su casa, ya que no puede salir. Cuando Dios me dio la oportunidad de visitar su casa, sólo dije: “Gracias, Señor, porque me permites visitarte y qué bueno Jesús es tener una Madre”.

Toda persona viene de una madre, todo cristiano viene de una Madre y tiene una Madre, y Ella es María. DIOS VIENE DE UNA MADRE. En toda la Iglesia celebramos, hoy, la solemnidad de “Santa María Madre de Dios”, dentro del contexto del inicio del año nuevo, de la jornada mundial de oración por la paz, y de un mundo que le da cada vez más la espalda a Dios, viviendo como si no existiera. ¿Cuántos somos capaces, en este día, de invocar la presencia de Dios para que nos bendiga?: “Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré” (Num.6,22-27). Al iniciar este año nuevo en la medianoche: ¿qué hiciste? ¿Te encomendaste a Dios? ¿Estuviste de fiesta? ¿Hiciste algún “ritual” para la “buena suerte” o para traer “las energías o buenas vibras”? ¿Te pusiste de rodillas y le diste gracias por el inicio de este año que inicia? ¿Entregaste todo este año nuevo a Dios y a su Madre que es la nuestra? Al invocar la presencia de Dios, recibimos la bendición que necesita nuestra alma. Nos recordamos que el nombre de Dios es Salvación (Hch.2,21). No dudemos en invocar la presencia de Dios cada día de nuestra vida en todo este año.

Es cierto esta verdad de fe: “Envió Dios a su Hijo nacido de una mujer” (Gal.4,4-7). La presencia de María Santísima es real, tan real que es de nuestro propio “linaje”, es una como nosotros, que camina con nosotros, que nos visita. Qué maravilloso es saber que Dios viene de una Madre, y que es una de nosotros sin perder su papel de ser Mamá de Dios (MADRE DE DIOS). No dudemos en este día y todos los días del año, de invocar a Dios y de invocarle a Ella: “desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones” (Lc.1,48).

Los pastores habían escuchado hablar del nacimiento de Jesús en el portal de Belén. Cuánto gozo, cuánta paz, cuántas ganas de estar lo más cerca que se pueda de Jesús. Y allí encontraron a la Madre, tan sencilla y humilde, siempre protegiendo al niño, su hijo muy amado. Al llegar al portal de Belén, los pastores, tuvieron la resolución de dar a conocer este acontecimiento que trastoca las fronteras de las naciones: “Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores” (Lc.2,16-21). Hoy al inicio de este año debo sacar la resolución o el propósito de ganar más almas para Dios, de dar a conocerle (cf.1Cor.9,16; Mt.28,16-20; Mc.16,15-20). El mundo se pierde cada vez más, se aleja de Dios, prescinde de Él, hace cosas contrarias a Él, a sus mandatos, se está legalizando el aborto en muchas partes del mundo, nos quieren seguir imponiendo un modelo de familia que no es el natural y que no forma parte del proyecto de Dios, muchos se alejan de la Iglesia, hay gente que ya no quiere saber nada de mandamientos y sacramentos, se sigue manipulando la vida, la mente, la salud de mucha gente en el mundo, etc.; ¿no les parece que hay razones más que suficientes para hablar de Dios a los demás para que el mundo crea?

Qué mejor regalo que estar junto a Jesús, como María Santísima y José que estuvieron siempre cerca de Él. ¿Cuántos hacemos el esfuerzo de estar junto a Jesús? O ¿cuántos hacemos un esfuerzo por alejarnos de Él? Él quiere darnos la paz, bendecirnos, acogernos siempre. María Santísima entendió que su vida es para Dios y en Dios para el mundo. ¿Qué espacio de tu vida le das a Jesús al inicio de este año? ¿Jesús, en este año nuevo, será de verdad el centro de tu vida? Ella, la Madre de Dios, nunca nos deja. Nunca dejó a su Hijo, siempre lo protegió, incluso con San José de la dictadura de Herodes. ¿Te acuerdas de la historia? La mamá Luisa acoge a su hija Lucecita, nunca se queja de que su hija esté como está. Solamente se fía de Dios porque sabe que no le va a fallar. Que el inicio de este año signifique el quedarnos siempre con Dios, el caminar con Dios, el hablar de Dios a otros, el actuar como Dios nos pida como lo hizo la Virgen María.

¿Sabes? Qué bueno es tener una Madre que nunca se cansa de esperar y de acompañarnos.

Con mi bendición.

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