Queridos amigos, reciban mi cordial y cariñoso saludo en este Domingo “Día del Señor” que celebramos la fiesta de la Sagrada Familia: José, María y Jesús.
Hoy la Palabra de Dios ilumina la vida de la familia, instruyendo y motivando pata una vida bendecida de Dios.
Es muy hermosa la primera oración de la misa de hoy: “0h Dios, que nos has propuesto a la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo. Concédenos, con bondad, que, imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo.”
La primera lectura es del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14). El honrar al papá y a la mamá, es motivo de bendiciones.
El respeto unido a la caridad motiva la bendición de Dios sobre los hijos.
El salmo 127, es el salmo de la bendición de Dios para la familia: “Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos”.
San Pablo en la carta a los Colosenses (Col. 3,12-21) exhorta a la comunidad y la familia a revestirse de los sentimientos de Cristo para llevar la vida armoniosa en la casa.
Virtudes a procurar: misericordia, bondad, humildad, dulzura, comprensión, perdón mutuo, gratitud…
Y con la sabia recomendación de donde debe nacer el amor y la unidad de la familia: “que la paz de Cristo reine en sus corazones…que la Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza.”
La relación de familia va unida al amor, respeto, servicialidad, prudencia en la corrección.
En el evangelio de Lucas ( Lc. 2,22-40) nos narra la presentación del niño Jesús en el templo. Una escena llena de encuentros. Lo antiguo y lo nuevo. Ancianidad y juventud. Promesas cumplidas, promesas que abren.
Los personajes Simeon, Ana, José y María, son movidos por el Espíritu Santo para este encuentro. El Espíritu Santo es el artífice de lo nuevo.
Que bueno que en esta fiesta de la Sagrada Familia, al contemplar en el misterio del pesebre de la navidad, miremos y encontremos en José, María y el niño Jesús, ejemplo de vivir el amor y unidad, de vivir como familia conducida por el Espíritu de Dios.
Cuidemos el buen Espíritu de Dios en nuestras vidas en la relación familiar. La familia es el lugar donde se aprende amar a Dios y al prójimo. Es una escuela de virtudes de fe. Es una iglesia doméstica.
Sigamos orando por la paz en el mundo y por la unidad y amor en las familias.
Demos gracias a Dios, por la vida en este año que nos ha concedido, aún por las lágrimas derramadas, que nos hacen más fuertes para llevar la vida.
Que Dios nos conceda, sabiduría, discernimiento para saber obrar, y acrecienta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad.
Les deseo también un buen nuevo año 2024.
Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
Bendiciones . Los tendré presente en la santa misa.
P. Ruben Pedro Borda, cm

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