NO TEMAN, JESÚS HA NACIDO PARA NUESTRA SALVACIÓN

Hoy es una noche santa, hoy es una noche de gozo, esperanza, consuelo, fe y de bendición grandes: PORQUE HA NACIDO JESÚS NUESTRO SALVADOR.

Nos hemos estado preparando durante 4 semanas en este tiempo de Adviento que ya pasó: tiempo de esperanza, de gracia y preparación para la llegada de Jesús en la navidad.

Hoy lo contemplamos cercano, con la mirada de esperanza y las manos alzadas en señal de bendición incesante. Ese es Jesús, ese es el Emmanuel, el Dios con nosotros.

“El pueblo que caminaba en tinieblas, vio una gran luz” (Is.9,1-3.5-6). Esa luz es Jesús que da sentido a nuestras vidas, que “renueva la faz de la tierra”. Pero no es cualquier niño. Para Isaías, el Mesías que ha venido es aquel quien “sobre sus hombros descansa el poder”. Tiene poder para cambiar las tinieblas en luz, la desesperanza en esperanza, la tristeza en gozo, el desconsuelo en consuelo permanente, el luto en danzas, el pecado en gracia, la muerte en vida, etc.

El nacimiento de nuestro Salvador debe comportar una actitud que a muchos puede costar, pero no deja de ser un reto permanentemente de conversión: “llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa” (Tito 2,11-14). Se entrega por todos nosotros, porque grande es su amor. Y hoy nace por y para nosotros.

Jesús no es una ilusión, una energía, un mantra, una kábala de la buena suerte, no es un ekeko, no, no es el hombre gordo de barba blanca. Es Dios y es real. Nace en Belén, “siendo Quirino gobernador de Siria” (Lc.2,1-14). José y María cumplen con inscribir al niño. Cuando Dios entra a nuestra vida, cuando le abrimos la puerta, simplemente entra y deja la huella imborrable de su amor salvador. ¿Le dejarás ese trabajo a Jesús?

Dios se valió de “un ángel del Señor” para entrar en la vida de los pastores y llenarles de claridad y de “gran temor” para anunciarles la mejor de las noticias: “no teman, les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo, hoy les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.

¿Estás triste y sin ganas de vivir? Hoy también para ti ha nacido Jesús, que es el Mesías, el Señor.

¿Todavía no terminaste de perdonar o pedir perdón? Jesús ha nacido también para ti y te anima a amar y perdonar.

¿Te dejas llevar por el temor o te han sembrado temor en tu mente, en tu corazón, en tu vida misma? Recuerda que también para ti Dios ha nacido y quiere llevarse tu temor porque grande es su amor. ¿Piensas que porque murió un ser querido nada tiene sentido? Te digo a ti también: es navidad y hoy Jesús nace también para ti.

Hoy es navidad, nace Jesús. Nuestra vida debe ser un permanente canto de esperanza y de fortaleza permanentes porque ha nacido Jesús. El pesebre también puede ser nuestra vida misma. El ejército celestial que habla Lucas en su evangelio, dice que alaba a Dios dándole la gloria que se merece. ¿Por qué no cantar con total libertad que Cristo ha nacido? El mundo de hoy necesita de Jesús con urgencia. Tú, yo y todos necesitamos de Él. No le cerremos el corazón. Démosle para siempre permiso, para que ingrese en nuestra vida y se quede para siempre.

“Dios está contigo porque se hizo hombre. Dios es un amigo, Dios es uno más. Alegra esa cara y canta conmigo: feliz nochebuena, feliz navidad. Tú que vives solo, tú que vives triste, sonríe con ganas porque es Navidad. Estrena optimismo y mira de frente que a Dios hombre a hombre le puedes hablar. Tú que ya no quieres ni tener amigos, no olvides que Dios está en los demás. Que no somos islas, que somos hermanos, que Dios ha fundado la fraternidad. Tú que estás cansado, tú que estás perdido, levanta los ojos y aprende a esperar. Confía en la estrella que anuncia al Dios vivo, olvidas las penas y empieza a cantar. Dios está contigo porque se hizo hombre. Dios es un amigo, Dios es uno más. Alegra esa cara y canta conmigo: feliz nochebuena, feliz navidad”.

No temas. Jesús ha nacido para nuestra salvación.

Con mi bendición.

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