LECTIO DIVINA – II DOMINGO CUARESMA – B
SE TRANSFIGURÓ ANTE ELLOS
LA PALABRA HOY: Génesis 22,1-2.9.15-18; Salmo 115; Romanos 8,31-34; Marcos 9, 2-10
Ambientación: Imagen de Jesús (resucitado, de la Misericordia). Alrededor papeles con los siguientes rasgos de Jesús: amor – entrega – perdón – conversión – vida – sanación – acogida – compasión – ternura – felicidad – salvación – alabanza – obediencia – oración – misericordia – diálogo – fraternidad – justicia – paz – confianza – trabajo – autoridad – intercesión – verdad – compañía – cercanía – paciencia – unidad – alegría – servicio – compromiso – comunión – fidelidad – fortaleza – desprendimiento – humildad
Cantos sugeridos: Caminaré en presencia del Señor; Cristo está conmigo
AMBIENTACIÓN:
Escuchar a Jesús es una característica esencial del cristiano. Hoy nos propone vivir con Él la experiencia del monte Tabor, donde Dios nos invita a escuchar a su Hijo predilecto.
Si seguimos su camino, nuestras vidas y nuestro mundo tienen futuro, aunque antes tengamos que pasar por la cruz. Caminemos con gozo, con la certeza de que, si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Oración inicial
Sólo Dios puede dar la fe…
pero tú puedes dar testimonio de ella.
Sólo Dios puede dar la esperanza…
pero tú puedes devolverla a tu hermano.
Sólo Dios puede dar el amor…
pero tú puedes enseñar a amar.
Sólo Dios puede dar la paz…
pero tú puedes sembrar la unión.
Sólo Dios puede dar la fuerza…
pero tú puedes animar al desanimado.
Sólo Dios es el camino…
pero tú puedes señalárselo a otros. Sólo Dios es la luz…
pero tú puedes hacer que brille a los ojos de todos.
Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible…
pero tú puedes hacer lo posible.
¡Gracias, Señor!
LECTIO ¿Qué dice el texto? Marcos 9, 2-10
Motivación: El evangelio de hoy nos presenta un anticipo de la gloria de Jesús Resucitado. Para robustecer su fe, Jesús se manifiesta a tres de sus discípulos, para que cuando le vean humillado en la cruz sigan confiando en él y en la causa del Reino de Dios. Escuchemos:
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió únicamente con ellos. Sus vestidos se volvieron de una blancura deslumbrante, como nadie en el mundo podría blanquearlos.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
“Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas,
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.
No sabía lo que decía, porque estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:
“Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”.
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
– “No cuenten a nadie lo que ustedes han visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos”.
Esto se les quedo grabado y discutían qué querría decir aquello de “resucitar de entre los muertos”.
Preguntas para la lectura:
- ¿Con quiénes sube Jesús a la montaña? ¿Qué sucede allí?
- ¿Con qué imágenes se describe la transformación de Jesús?
- ¿Qué puede significar la presencia de Moisés y Elías?
- ¿Cómo reaccionaron Pedro y los demás discípulos?
- ¿Cuál es la indicación de la voz del cielo?
- ¿Qué les ordena Jesús al bajar de la montaña?
MEDITATIO ¿Qué ME dice el texto?
Motivación: A los primeros discípulos no les fue fácil entender que su Maestro iba camino a Jerusalén, que moriría en la cruz. Por eso Jesús les hizo subir a hasta el monte de la transfiguración, para que vieran, escucharan y experimentaran lo que les esperaba al final del camino. Hoy también a nosotros el Señor nos invita a tener la misma experiencia.
- ¿Qué experiencia tienes de Jesús Transfigurado? ¿Creo que la transfiguración hoy en mi vida se puede dar a través de una fuerte experiencia de encuentro con Jesús en la oración y en la vida sacramental?
- Este es mi Hijo amado, escúchenlo… ¿En qué puede cambiar tu vida la escucha de la Palabra? ¿A qué te compromete?
- ¿Escucho y obedezco al Hijo amado y predilecto del Padre?
- ¿En qué momentos de tu vida se te hace más difícil seguir a Jesús?
- ¿Encuentras en este texto algunas ideas que te animen a superar las dificultades?
ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: En el camino de la Cuaresma, Jesús se nos muestra también transfigurado a nosotros. Es una llamada para que aprendamos a descubrir su presencia en el camino del seguimiento y para que vivamos con esperanza estos días de conversión.
- Cada participante escoge uno o dos papeles con las actitudes de Jesús, y hace una breve oración pidiendo a Dios que le conceda o le aumente las actitudes elegidas. La asamblea responde: “Queremos ser transfigurados por Ti, Señor”
- Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (salmo 115).
CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Para san Vicente, Jesús es el esplendor del Padre, la luz que ilumina a toda persona, la imagen perfecta del hombre nuevo, de la mujer nueva. Por eso nos invita a contemplarlo:
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡Qué llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la tierra y todas las persecuciones y tormentos que has recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta nosotros y hasta un suplicio infame! ¿Quién ha amado en esto al prójimo más que tú? Viniste a exponerte a todas nuestras miserias, a tomar la forma de pecador, a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una forma tan supereminente? (XI, 555)
- Cuaresma: un tiempo para SUBIR: dedicar un buen tiempo a la contemplación de Jesús mediante la oración. Un tiempo para BAJAR: ¿qué acciones puedes realizar esta semana para “transfigurar” tu realidad personal, familiar, comunitaria…?
Oración final
Conocedor de nuestra debilidad,
has querido animar la fe de tus discípulos,
oh Cristo transfigurado en el monte.
La luz de tu presencia es, sin embargo,
un momento tan sólo de tu marcha
hacia la entrega en el dolor y la muerte de la cruz.
Concédenos a nosotros, también,
caminar en esta cuaresma por la vía
de la voluntad del Padre
que nos haga renacer más allá de todo lo que esperamos.
Haznos especialmente cercanos al que sufre
y es probado en su angustia,
para que nosotros mismos te descubramos
presente y probado en ellos. Amén