LECTIO DIVINA – DOMINGO 12°  TO –Ciclo B

¿TODAVÍA NO TIENEN FE?

LA PALABRA HOY: Job 38,1.8-11; salmo 106; 2 Corintios 5,14-17; Marcos 4,35-41
Ambientación: Biblia grande, vela, imagen vocacional de Jesús con la barca. Frase: “¿Todavía no tienen fe?” O bien: recortes de revistas o periódicos que hablen de situaciones que hoy hacen tambalear la vida de los creyentes o de la iglesia.
Cantos sugeridos: Ya no temo, Señor; Aun en la tormenta

AMBIENTACIÓN:
Marcos presenta hoy a Jesús como Dios, calmando la tempestad que amenazaba las vidas y la fe de los discípulos. A quienes hemos subido a la barca de Jesús nos siguen amenazando tormentas, nos inunda el miedo y la falta de fe. Que nuestro encuentro con la Palabra nos ayude a confiar más en Cristo y a vivir desde Él.

Oración inicial
Tú, Señor, acompañas nuestro vivir
cuando las aguas están calmadas
y todo va sucediendo en armonía,
sin que suceda nada fuera de lo normal.
Tú estás cuando los huracanes de la vida
nos hacen sentir miedo, porque se mueve la barca;
creemos que no vamos a poder superar ese momento
y entonces dudamos de tu presencia y de tu amor.
Tú, que conoces nuestras tempestades vitales,
nos tienes siempre envueltos en tu amor,
y esperas que nos pongamos confiados en tus brazos
Haz que tengamos fe en ti,
que creamos, de verdad, que nos acompañas siempre en nuestra vida, y que en ti nuestro valor aumenta y nos llenas de fuerza. AMÉN.

LECTIO ¿Qué dice el texto? Marcos 4, 35-41

Motivación: Jesús urge a sus discípulos a superar el miedo, a actuar en la luz, a confesar a Cristo y a confiar en la Divina Providencia. Frente al miedo, la confianza. Frente al pecado, el perdón. Frente a la debilidad humana, el poder de Dios. Escuchemos.

Un día al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vamos a la otra orilla».
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, así como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:
– «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:
– «¡Silencio, cállate!”»
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
– «¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros:
– «Pero ¿quién es éste que hasta el mar y el viento le obedecen?» 

Preguntas para la lectura:

  • ¿Qué personajes intervienen en el texto? ¿cuáles son las condiciones del tiempo que se señalan?
  • ¿Qué les dijo Jesús a sus discípulos? ¿Qué hicieron ellos?
  • ¿Qué sucedió cuando estaban en la barca? ¿Qué hacía Jesús mientras tanto?
  • ¿Cómo reaccionaron los discípulos? ¿Qué hizo Jesús y qué les dijo?
  • ¿Qué insinúa este pasaje sobre la identidad de Jesús?

MEDITATIO ¿Qué ME dice el texto?

Motivación: El relato de la tempestad calmada ha puesto ante nuestros ojos quién es Jesús y nos ha mostrado que la fe en Él debe ser una de las características del discípulo. Sin embargo, en nuestra travesía de ser cristianos, nos siguen azotando las olas y nos invade el miedo. Jesús nos invita a confiar en él, pues sólo él puede llevar nuestra barca a buen puerto.                             

  • ¿Qué tempestades azotan mi vida en estos momentos? ¿Y la vida de nuestra comunidad, de nuestra familia? ¿Cómo reacciono ante ellas? ¿Soy consciente de la presencia de Jesús?
  • Si la presencia de Jesús acaba con el miedo de los discípulos, ¿cómo me compromete su presencia a apoyar a quienes se encuentran en situaciones desesperantes?
  • ¿Me dejo sorprender y asombrar por el poder soberano de Jesús?

ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Al concluir nuestro encuentro vamos a reservar un espacio para la oración. Lo que hemos escuchado y compartido se hace diálogo orante, porque no estamos solos: el Señor nos acompaña en el viaje, viene con nosotros en la barca. 

  • Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
  • Propuesta: cada participante del grupo da gracias a Dios por las veces en que le descubrimos presente en nuestras vidas, en nuestra familia, comunidad, Iglesia… Luego de cada intervención todos responden: Gracias, Señor, porque estás en nuestra barca.
  • Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo.

CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: San Vicente disfrutaba hablar de la divina Providencia y exhortaba a confiar en ella. A las Hijas de la Caridad les dice:

Así pues, hemos de tener también nosotros esa confianza en la Providencia divina, ya que ella se preocupa de todo lo referente a nosotros, del mismo modo que lo hace una nodriza con el niño y un esposo con su esposa; así también hemos de abandonarnos nosotros a ella por completo…La razón que nos obliga a confiar en Dios es que sabemos que él es bueno, que nos ama con mucho cariño, que desea nuestra perfección y nuestra salvación, que piensa en nuestras almas y en nuestros cuerpos, que quiere concedernos todos los bienes necesarios para el uno y para la otra. (IX,1050) 

Y a los misioneros:

“ El que se coloca bajo la bandera de la confianza en Dios, se verá siempre favorecido con una especial protección de su parte. En esta situación hay que tener como cierto que no le pasará nada malo, ya que todo coopera para su bien, y no le faltará nada, puesto que Dios mismo se le da, trayendo consigo todos los bienes necesarios tanto para el cuerpo como para el alma. (XI,732) 

Compromiso: Hacer el propósito de confiar firmemente en la presencia y en el poder del Señor.

Oración final
Padre, tú gobiernas
a un tiempo cielo y tierra;
en tu mano descansa el destino de los pueblos,
el motivo de esperanza de todos tus hijos.
Acrecienta nuestra fe en Cristo,
el vencedor de la muerte,
a cuya voz se aplaca toda tormenta.
Haznos caminar seguros de tu mano
confiados en tu providencia por todos,
cercanos y solidarios con quien aún está
sumergido en el dolor y en la duda.
No es el temor quien nos hace alabarte,
sino la certeza de que eres Tú,
Señor de la creación y de la historia,
el Padre y protector de todos los que en él confían.

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En Power Point (Sor Pilar Caycho, HC)

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