LECTIO DIVINA – DOMINGO 30º  TO –Ciclo B

SOLEMNIDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS

LA PALABRA HOY: Números 21, 4-9; Salmo 83; Filipenses 2, 5-12; Juan 3, 11-16
Ambientación: Una imagen del Señor de los milagros, cirios morados
Cantos sugeridos: Himno al Señor de los Milagros.

AMBIENTACIÓN: 

En la fiesta del Señor de los Milagros, nos acercamos a Jesús, que se entregó en la cruz por nosotros para que tengamos vida en abundancia. Es una invitación a convertirnos y a construir un Perú justo, fraterno y coherente con su fe.

Oración inicial
Señor de los Milagros, te presentamos el homenaje de nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor. Creemos en Ti, Hijo de Dios, Hermano y Salvador nuestro. Confiamos en tu bondad y poder. Queremos amarte siempre cumpliendo tus mandamientos y sirviéndote en nuestros hermanos.
Te damos gracias porque nos amas, nos atraes con tu imagen, nos acoges en tus brazos, nos guías con tu palabra y nos brindas tu perdón.
Señor de los Milagros, te consagramos nuestras familias: consérvalas en armonía; nuestras casas: ilumínalas con tu presencia; nuestras alegrías: santifícalas con tu amor; nuestras preocupaciones: acógelas en tu bondad; nuestras dolencias: remédialas con tu misericordia; nuestro trabajo: fecúndalo con tu bendición.
Señor de los Milagros, te imploramos la firmeza en la fe, la fidelidad a tu iglesia, el don de la paz y la gloria eterna. 

LECTIO ¿Qué dice el texto? Juan 3, 11-16

Motivación: El milagro más grande del cual hemos sido beneficiados ha sido Cristo entregado por el Padre para nuestra salvación. ¡Su muerte en cruz es fuente de vida para el mundo! Escuchemos:
Te lo aseguro: nosotros hablamos de lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán cuando les hable de las cosas del cielo?
Nadie ha subido al cielo si no es el que bajó del cielo: el Hijo del Hombre.
Como Moisés en el desierto levantó la serpiente, así ha de ser levantado el Hijo del Hombre, para que quien crea en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea en él no muera, sino tenga vida eterna. 

Preguntas para la lectura:

  • ¿Cuál es el contexto de la enseñanza de hoy? ¿A qué estaba respondiendo Jesús?
  • ¿Qué afirma Jesús sobre lo que Dios ha hecho por nosotros?
  • ¿Qué relación tiene la serpiente elevada por Moisés y la cruz de Cristo? 

MEDITATIO ¿Qué ME dice el texto?

Motivación: Aquel que es exaltado sobre la cruz no es una persona que cae una desgracia. Todo lo contrario, Dios ha establecido que el Crucificado sea el símbolo de la salvación, la fuente de la vida. 

  • ¿Qué idea tengo del amor de Dios?
  • Dios ha amado tanto al mundo…: cuántos juicios y prejuicios sobre un Dios lejano e insensible. ¿No será quizás que le atribuimos a Él lo que son por el contrario nuestras responsabilidades?
  • ¿Qué mundo es aquel que es dejado a sí mismo y a su destino? ¿Qué mundo es aquel que es sostenido por el amor de Dios y por su voluntad de salvación?
  • ¿Me doy cuenta de que en el mensaje de Jesús todo se fundamenta sobre Dios y sobre la fe?

ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra? 

Motivación: Nosotros tenemos tanto valor para Dios, que pone en riesgo a su propio Hijo por nosotros. Dios considera que es tan necesario el que seamos redimidos de la perdición, que seamos preservados de la ruina y conducirnos a la plenitud de la vida, que se dirige a nosotros a través de propio Hijo. Y el Hijo viene para ocuparse de nosotros personalmente, para mostrarnos el camino de la salvación, para conquistarnos a la comunión con él y a la vida eterna. 

  • Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en grupos nuestra oración (o todos juntos)
  • Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 83).

CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: San Vicente, hablando sobre la entrega de Cristo en la cruz, dice: 

¿Y qué es lo que dijo en la cruz? Cinco palabras, de las que ni una sola demuestra la menor impaciencia. Es verdad que dijo: “Elí, Elí, Padre mío, Padre mío ¿por qué me has abandonado?” (16); pero esto no es una queja, sino una expresión de la naturaleza que sufre, que padece hasta el extremo sin consuelo alguno, mientras que la parte superior de su alma lo acepta todo mansamente; si no, con el poder que tenía de destruir a todos aquellos canallas y de hacerlos perecer para librarse de sus manos, lo habría hecho; pero no lo hizo. ¡Jesús, Dios mío! ¡Qué ejemplo para nosotros que nos ocupamos en imitarte! ¡Qué lección para los que no quieren sufrir nada! 

  • ¿Qué mensaje nos deja este texto de san Vicente? ¿cómo lo podemos vivir?
  • El Crucificado nos da la respuesta: ¡Dios ama al mundo y quiere su salvación! Su amor tiene una intensidad y una medida tal, que si fuera posible, se podría decir: ¡Dios ama al mundo, a nosotros, más que a su propio Hijo! ¿Qué actitudes concretas implica en nosotros seguir a un Mesías pacífico y crucificado?

Oración final
SEÑOR DE LOS MILAGROS
AQUI VENIMOS EN PROCESIÓN
TUS FIELES DEVOTOS
A IMPLORAR TU BENDICIÓN
FARO QUE GUIA
A NUESTRAS ALMAS
LA FE, ESPERANZA, LA CARIDAD
TU AMOR DIVINO
NOS ILUMINE
NOS HAGA DIGNO DE TU BONDAD
CON PASO FIRME
DE BUEN CRISTIANO
HAGAMOS GRANDE NUESTRO PERÚ
Y UNIDOS TODOS
COMO UNA FUERZA
TE SUPLICAMOS
NOS DES TU LUZ

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En Power Point (Sor Pilar Caycho, HC)

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