Cristo, nuestro Rey
Jesús, cuanto más se rebaja, más es elevado; cuanto más se humilla, más es enaltecido.
Jesús, cuando se hace pobre, nos hace ricos; cuando acepta la muerte, nos regala vida.
Jesús, aceptando ser el siervo de los siervos, nos libera de la esclavitud y se convierte en nuestro Rey.
El Dios que nació en un pesebre, El Dios perseguido y humillado, el Dios que busca amigos entre los pobres y pecadores, el Dios que se compadece y sana a los enfermos, el Dios que se postra ante el hombre para lavarle los pies, el Dios traicionado y vendido, el Dios renegado y abandonado a su muerte a su suerte, el Dios coronado de espinas y crucificado como un criminal, el Dios que perdona desde la cruz, el Dios de la Resurrección y la Vida, este es nuestro Rey.
Este es nuestro Cristo. Este es nuestro Rey. Este es nuestro Dios. El Dios de los pobres y los humildes. El Dios de los que sufren, lloran y pasan hambre. El Dios de los perseguidos, calumniados y encarcelados por defender la verdad y la justicia. El Dios de los enfermos y abandonados. El Dios de los niños y de los que tienen limpio el corazón. El Dios de los hombres que escuchan el grito de lo que no tienen voz ni voto y se ponen a su servicio por amor. Este es nuestro Dios. Este es nuestro Rey.
Este es nuestro Cristo. Este es nuestro Dios que nos asegura que todos somos hijos de un mismo Padre, que todos somos hermanos entre hermanos, que todos formamos la gran familia de Dios.
Este es nuestro Cristo. Este en nuestro Dios que implanta en el mundo el reino de la verdad y la vida, el reino de la justicia y la paz, el reino de la amista y el amor, el reino de la fraternidad y la solidaridad.
Este es el Cristo que no quiere tanto tu voto como tu compromiso, que no busca tu aplauso ni tu felicitación sino tu entrega a su causa.
Él te quiere y te necesita para que con tu esfuerzo y el suyo, con tu amor y su amor, con tu vida y la suya, con tu mente y su muerte, vayáis haciendo realidad la construcción del Reino de Dios en medio de los hombres, garantía y esperanza de otro Reino, el Reino de los Cielos. ¿Qué le respondes? El premio lo dice todo.