P. Emilio Torres Motta

En esta oportunidad el evangelio nos presenta en su relato al Señor Jesús hablando a sus discípulos a quienes cuenta una parábola en la que compara el reino de los cielos a diez doncellas que con lámpara en mano salen a esperar al esposo. Por lo que se lee la comparación mira hacia el futuro, “se PARECERÁ el reino de los cielos…”.

Por el desarrollo de la parábola podemos colegir que, en principio, todos estamos llamados a participar del amor, el perdón y la salvación que Dios nos da en su Hijo muy amado, Jesucristo. O mejor aún todos deseamos participar de lo ofrecido por nuestro Padre Dios, las diez vírgenes han salido a esperar…

Pero ¿es suficiente esperar, es suficiente desear?, o tal vez junto a esto es necesario realizar lo conveniente para participar al final, de la fiesta junto al novio. Y realizar lo conveniente para los creyentes es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.

En la parábola el Señor Jesús hace una clara diferenciación de los dos grupos de vírgenes por su prevención, las que se trajeron aceite las llama sensatas, y a las que salieron a esperar sin traerse aceite con que alimentar sus lámparas las llama necias.

Y la necedad está en haber actuado de manera inconsciente, sin preocuparse en hacer lo que Dios quiere, como quien dice viviendo cada quien como le da la gana; y queriendo solucionar su descuido al final descubren con pena que ya no hay tiempo para hacerlo, pues son excluidas del banquete de bodas. Banquete de bodas que es signo del Reino de Dios, del que todos somos invitados a participar pero que debemos vestir el vestido de fiesta, para no ser preguntados “ ¿amigo cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?

De allí la recomendación que el Señor Jesús hace a sus discípulos, y con lo que termina el relato “Por tanto, velen, porque no saben el día ni la hora.”

Hermano y hermana ya que el Señor Jesús también nos relata a nosotros en este día esta parábola para nuestro provecho, hagamos el firme propósito de vivir pendientes de tener presente siempre el Deseo de Dios que es que todos participemos de su amor y salvación y ya sabemos lo que nos corresponde hacer para participar del banquete de bodas. No nos comportemos neciamente.

PARA TODOS MI DESEO DE IRNOS PREPARANDO A CELEBRAR LA FIESTA DE LA VIRGEN MARÍA DE LA MEDALLA MILAGROSA.

LLUVIA DE BENDICIONES PARA TODOS.

 

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