Queridos amigos, reciban mi saludo cariñoso y les deseo la bendición de Dios para ustedes, y más en estos días que celebramos en el Perú, al Señor de los Milagros.
A él vaya nuestra súplica en este tiempo que crece la tensión mundial a causa de la guerra, que sigue lastimosamente dañando lo que se espera de una vida humana respetuosa, virtuosa en humanidad. La guerra que ha surgido en estos últimos día, en oriente próximo, entre palestinos e israelíes. Es una situación dolorosa por las muertes que ésta trae. Se constata avances tecnológicos de armamentos y se constata pérdida de humanidad.
Hagamos nuestra oración por la paz en los pueblos en conflicto bélico, oremos por la paz en el mundo.
Las lecturas de este Domingo nos ofrece el llamado de aceptar la salvación de Dios que proviene de su amor.
En la primera lectura del profeta Isaías (Is.25,6-10), se usa el ejemplo de participar en un banquete “mesiánico”, de paz para los pueblos.
El salmo 22, nos anima en la confianza en Dios para el camino a recorrer: “El Señor es mi Pastor, nada me falta”, “tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.”
En la carta de San Pablo a los Filipenses (4,12-20). Nos recuerda la virtud del compartir que es bendecida por Dios. Y en abundancia o necesidad, queda expresada la confianza en Dios: “todo lo puedo en aquel que me conforta”
En el evangelio de Mateo (22,1-14), Jesús propuso una nueva parábola: los invitados al banquete. Algunos la rechazan. La invitación se va abriendo, de los primeros invitados, al llamado a todos, “buenos y malos”. La oportunidad de la salvación-participar del banquete- está abierta para todos. Sólo es necesario llevar el traje de fiesta, vale decir, entrar para formar una nueva familia, para dar vida, participar de la Vida Nueva que Dios nos da.
Oremos para pedir la gracia de participar siempre en este banquete, hoy la eucaristía, como el banquete del Señor, que nos da siempre su amor y nos ofrece su perdón, la gracia de la conversión.
Los tengo presentes en mi oración y en la misa que celebraré hoy.
Sigamos unidos en oración.
Oh María sin pecado concebida. Ruega por Nosotros que recurrimos a Ti.

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