Queridos amigos, los saludo fraternalmente y los tengo presentes en mi oración.
Les deseo un bonito día, “Día del Señor”. Que él los bendiga!!
Estamos en el domingo 27, ya cercanos a terminar el año litúrgico, y es el tiempo de “examinar” el camino recorrido y ver qué “logros” o “frutos” tenemos.
Y las lecturas de la Palabra de Dios, nos ayudan a examinarnos personal y comunitariamente.
Dios nos ama y lo hace de modo super extraordinario, y espera de nosotros también una respuesta favorable a ese Amor que nos brinda.¿Correspondemos al amor de Dios?
En la primera lectura del profeta Isaías (Is.5,1-7), hace un canto a Dios, y usa la metáfora de comparar el pueblo a una “viña”, y más en tiempo de la cosecha, y así el mensaje es más elocuente.Dios construye una viña, con todo lo mejor que tiene a su alcance, porque es “su elección más preferida”, “esperando que diera unos ricos racimos de uvas, pero sólo encontró racimos amargos”: encontró maldad, asesinatos, injusticia que produce lamento.
Esto nos hace recordar el relato del Génesis, cuando Dios construye un paradisíaco jardín y pone allí al hombre y la mujer. Aquellos pecaron en la desobediencia, y ahora es un pueblo representado en una viña, que desoye la voz de Dios. ¿Qué responsables somos de nuestros actos?.
El salmo 79, es un cántico del propósito de volver a ser la “viña del Señor”: “No nos alojaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre. Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve”. Es una hermosa oración penitencial.
En la segunda lectura, el apóstol Pablo culmina su carta a los Filipenses con una bella exhortación pastoral: Que nada los angustie, porque quita la paz, (“la unidad interior del alma”). Y propone medios para alcanzar esa paz: “la oración, suplica, y acción de gracias”.
La paz de Dios, Cristo mismo, “custodiará nuestros corazones y pensamientos”.
Hemos de aspirar aquellos medios que nos conduzcan a la paz: “lo verdadero, lo noble, justo, puro, amable, laudable”. “Así el Dios de la paz estará con ustedes.”.
En el evangelio se retoma el ejemplo de la viña ( Mt.21,33-43), sobre el ejemplo del profeta Isaías. El pueblo por sus autoridades, desechó al dueño de la Viña, a la “piedra angular” (Cristo), se dejaron llevar por la maldad y egoísmo de su corazón, que se quitaron la posibilidad de ser parte “del Reino de Dios”.
Hoy nos corresponde examinarnos si estamos como pueblo de Dios(“Iglesia”) obrando aquellos frutos de buen testimonio de vida para los demás, siendo “luz para las gentes” (Mt. 5, 14-16), para dar “fruto que permanezca” (Jn.15,16-17).
Que en este mes del Señor de los Milagros podamos tomar la decisión de corregirnos sino estamos obrando como Dios espera de nosotros, sino estamos dando aquellos frutos que Dios espera de nosotros.
Los tendré presente en la misa que celebraré hoy.
Oh María sin pecado concebida. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
Feliz domingo!!

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