Este domingo el evangelio es continuación del relato del domingo pasado y el Señor Jesús sigue hablándoles a los sumos sacerdotes y ancianos del templo.
Luego de haberles contado la historia de los dos Hijos y haberles hecho la pregunta ¿Cuál de los dos hijos hizo lo que el padre quería? Y ellos haber respondido que el primero dejan en claro que su capacidad de distinguir entre lo bueno y malo, el Señor Jesús les hace notar que ellos no quieren hacer lo que Dios quiere.
Es en este contexto en que el Señor Jesús les cuenta esta otra parábola a los ancianos del pueblo y a los Sumos sacerdotes. Parábola que empieza parecida a la que canta el profeta Isaías en la primera lectura pero que pronto sufre una variación ya que la viña si da buenos frutos pero los viñadores no quieren darle al dueño lo que le corresponde y por el contrario ejercen violencia sobre los enviados por el dueño a reclamar los frutos que le corresponde.
Después de contar la historia el Señor Jesús vuelve a preguntar “¿Qué hará con aquellos viñadores?” y nuevamente los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo vuelven a responder. Y por esa respuesta dada el Señor Jesús les vuelve a decir que no solamente las prostitutas y los publicanos les llevan ventaja para entrar en el reino de Dios, sino que, a ellos se les quitará el reino de Dios y le será dado a quienes den fruto a su tiempo, los frutos de las buenas obras que nacen de hacer la voluntad de Dios.
A la luz de la palabra de Dios todos nosotros debemos ser conscientes que para el creyente no basta con ser miembros del Nuevo Pueblo de Dios, que es la Iglesia, por el sacramento del Bautismo que hemos recibido, sino que estamos llamados a vivir según las consecuencias de la fe que hemos recibido y profesado.
Todos los creyentes estamos invitados a confesar nuestra fe en Cristo Jesús Señor Nuestro y también dejar que nuestras obras hablen de esta fe confesada.
Cada uno es responsable de dar los frutos de las buenas obras que Dios, el dueño de la viña, espera recibir.
SIGAMOS CAMINANDO AL LADO DEL SEÑOR, QUE NOSOTROS ESTE MES LO LLAMAMOS “SEÑOR DE LOS MILAGROS”
SIENDO QUE ESTE MES DE OCTUBRE LA IGLESIA INVITA A SUS MIEMBROS A MEDITAR SOBRE LA MISIÓN Y A COMPROMETERSE DE DIFERENTES MANERAS EN ESTA TAREA ENCOMENDADA POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO RECORDEMOS QUE:
LA PRIMERA SEMANA QUE YA TRANSCURRIO ERAMOS INVITADOS A OFRECER NUESTRAS ORACIONES POR LA PERSEVERANCIA DE LOS MISIONEROS Y LOS LUGARES DE MISIÓN.
ESTA SEGUNDA SEMANA DEL MES MISIONERO NUESTRA TAREA ES PROMOVER LA COLABORACIÓN MISIONERA OFRECIENDO NUESTRA PENITENCIA Y OBRAS DE MISERICORDIA POR LOS MISIONEROS Y MISIONERAS Y LOS LUGARES DE MISIÓN.