Queridos amigos, reciban mi cordial saludo. Los tengo en mi oración.
Hoy iniciamos el mes de octubre, y para nosotros tiene hermosas motivaciones espirituales:
1. Octubre es para los peruanos el mes del Señor de los milagros. El “mes morado”. El mes conocido como la “cuaresma peruana”. Un tiempo que contemplando al Señor de los Milagros sintamos el llamado a la conversión, dejar el mal, y conducir nuestra vida en la voluntad de Dios. Es un tiempo para acogernos a la misericordia de Dios. Será bueno tener un propósito o promesa a cumplir en este mes, y si lo podemos exteriorizar con el “hábito” o con un “detente” que llevemos puesto nos ayudará, para vivir con devoción y corazón penitente, que responda a la misericordia de Dios.
2. Octubre, es para la Iglesia, el mes de las misiones, se nos motiva a vivir el llamado propio que tenemos desde que recibimos el bautismo. Ser bautizado es ser misionero, vale decir, dar testimonio de nuestra fe, y participar a otros nuestra fe. Tendremos el llamado Domingo de las Misiones, apoyando la campaña misionera “DOMUND”
Y así nos recordamos animados por los santos patronos de las Misiones: San Francisco Javier (1904), y Santa Teresita de Liseux (1927).
3. Las lecturas de este Domingo, “Día del Señor”, nos ayudan a vivir la espiritualidad de este mes del Señor de los Milagros.
En la primera lectura, el profeta Ezequiel (Ez.18,25-28), nos habla de la responsabilidad personal que tenemos frente a hacer el bien o el mal. Es necesario examinar nuestro proceder, para elegir la Vida y no la muerte: “Si recapacita y se convierte del mal cometido, ciertamente vivirá y no morirá”.
El salmo 24. Es una oración preciosa: “Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. Enséñame tus caminos, haz que camine con lealtad”.
San Pablo en la carta a los Filipenses (Flp.2,1-11), en su himno cristológico, nos invita a revestirnos de los sentimientos de Jesucristo, Cristo es el modelo para el seguimiento de fe en él. “Tengan entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús”
El evangelio de Mateo (Mt.21,28-32). Nos orienta al motivo y sentido de nuestra vida, alcanzar la madurez del amor, buscar el Bien, la santidad, expresado en el compromiso de buscar y hacer la voluntad de Dios.
Es Cristo mismo quien nos enseñó la oración: “Padre, …hágase tu voluntad…” (Mt.6,9-10), y en ello estaba el motivo de su Encarnación: “He aquí que vengo hacer tu Voluntad” (Hb.10,7), y es lo que motivaba todo su día “mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra” (Jn.4,34).
Así también nosotros estamos llamados a vivir en la voluntad de Dios, el querer de Dios para nosotros.
El ejemplo de los dos hijos de la parábola, son ejemplos del amor de Dios y de la respuesta que podamos dar. No basta con “decir” que creemos en Dios, o que amamos a Dios; lo que cuenta está en lo que “hacemos”. Así podemos recordar ese otro texto donde Jesús nos dice: “No todo el que dice, Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre, que está en los cielos”.(Mt.7,21).
Amigos, aprovechemos este mes de octubre, el mes del Señor de los milagros.
Los tendré presentes en la misa que celebraré hoy.
Oh María sin pecado concebida. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
P. Rubén Pedro Borda, cm.

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