Queridos amigos, reciban mi saludo fraterno, en este domingo “Día del Señor”. Dios los bendiga personal y familiarmente.
*Hoy, en la cercanía de la fiesta de San Vicente de Paul, del 27 setiembre, celebramos también el día de oración por las Vocaciones Vicentinas, sean para “Sacerdotes misioneros” o “Hermanos laicos misioneros”.
Tengamos hoy una oración especial por este fin. Oremos por las Vocaciones Vicentinas.
*Las lecturas de la Palabra de Dios para este domingo, nos presenta la misericordia de Dios que sale a nuestro encuentro para que todos en cualquier hora del día, en cualquier etapa de la vida, tengamos oportunidad de pertenecer a Dios, ser parte de su Viña, del Reino de Dios, de la Vida Eterna.
La primera lectura es del profeta Isaías (Is.55,6-9), el profeta anuncia para el retorno del pueblo de Dios que estaba en el exilio y debe retornar a Jerusalén. Este retorno significa “restaurar” el corazón, por eso hay que “regresar”al Señor que “es rico en misericordia”, y este “volver” es el camino de “conversión” hay que abandonar el mal camino que separa de Dios, hay que abandonar “los planes” de hacer la vida sin Dios. Dios es cercano, nos ama, pero no podemos “manipularlo”, ni posponer el tiempo para la conversión personal.
El salmo 144, nos motiva a alabar y bendecir la grandeza de Dios, porque “es clemente y misericordioso”, “es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones”, “cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente”.
San Pablo en la carta a los Filipenses (Flp.1,20-27), nos exhorta a “llevar una vida digna del Evangelio de Cristo” sea para estar listos a morir, como estar listos para continuar en vida dando testimonio de Cristo.
El evangelio de Mateo (Mt.20,1-16), es continuación del Evangelio del caso del joven rico, y responde a la pregunta de Pedro: “Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué recibiremos para nosotros?” (Mt.19,27)
Jesús respondió con la parábola del propietario que sale a contratar obreros varias veces al día, a los primeros los contrata por el jornal de un día, y a los otros los contrata sin decirles un monto de dinero. Al momento de pagar al final del día, los últimos en entrar a trabajar reciben la misma paga de los que habían trabajado desde temprano. Esto hace que los primeros sientan que el propietario es injusto, ellos esperaban recibir más.
Esto nos ayuda a purificar nuestro modo de relacionarse con Dios, con el prójimo. Y también nos conduce a pensar que la justicia de Dios es extraordinariamente generosa más allá de una justicia distributiva.
La lógica divina, supera el modo calculador de la lógica humana. Dios obra con la lógica del amor, que busca que todos se salven, que pertenezcan a su Reino.
Dios como el propietario obra con un corazón de Padre y es generoso buscando la salvación de todos.
Pidamos al Señor nos de también un corazón grande para amar con generosidad y responder así a su Amor. La salvación de Dios es gratuita no es algo que se obtiene por un derecho personal adquirido.
Los tengo en mi oración y afecto y en la misa que celebraré hoy.
Oh María sin pecado concebida. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
San Vicente de Paul, ruega por nosotros.
P. Ruben Pedro Borda, cm

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