parabola de la vina

Queridos amigos,

La parábola de “los trabajadores de la viña” (Mt 20, 1-16) nos habla de un grupo de
trabajadores, que fueron llamados a trabajar en la viña a última hora. Para el Papa S. Juan Juan
Pablo II la viña son los pueblos del mundo, que hay que trabajar (evangelizar), y los
trabajadores de la hora 25 son los laicos cristianos… Esto y otros aspectos más de la parábola
inspiraron al Papa San Juan Pablo II a escribir la Exhortación sobre los laicos cristianos (1988), e
inspiraron a los Obispos de América, reunidos en Aparecida (V CELAM, 2007), a publicar el
Documento “Aparecida”, donde los laicos son llamados discípulos y misioneros. La Gran Misión
que los fieles laicos están dando en la parroquia, me anima a citar algunos textos sobre los
laicos cristianos.

Qué son los fieles laicos: son “los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo,
forman el pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo sacerdote, profeta y rey. Ellos
realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo”
(LG 31). Son “hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el
corazón de la Iglesia”(Puebla 786).

“Su misión propia y específica se realiza en el mundo, de tal modo que con su testimonio y su
actividad contribuyan a la transformación de las realidades y a la creación de estructuras justas
según los criterios del Evangelio. “El ámbito propio de su actividad evangelizadora es el mismo
mundo vasto y complejo de la política, de la realidad social y de la economía, como también el
de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los ‘mass media’, y otras
realidades abiertas a la evangelización, como son el amor, la familia, la educación de los niños
y adolescentes, el trabajo profesional y el sufrimiento”(Evangelización EN, 70). Además, tienen
el deber de hacer creíble la fe que profesan mostrando autenticidad y coherencia en su
conducta”.

“Los laicos también están llamados a participar en la acción pastoral de la Iglesia, primero con
el testimonio de su vida y, en segundo lugar, con acciones en el campo de la evangelización, la
vida litúrgica y otras formas de apostolado, según las necesidades locales bajo la guía de sus
pastores… A los catequistas, delegados de la Palabra y animadores de comunidades que
cumplen una magnífica labor dentro de la Iglesia, les reconocemos y animamos a continuar el
compromiso que adquirieron en el bautismo y en la confirmación”.

“Hoy toda la Iglesia en América Latina y El Caribe quiere ponerse en estado de misión, para la
evangelización del continente, nos decía el papa S.Juan Pablo II, (EAm 44). Los fieles laicos han
de ser parte activa y creativa en la elaboración y ejecución de proyectos pastorales a favor de
la comunidad. Esto exige, de parte de los pastores, una mayor apertura de mentalidad para
que entiendan y acojan el “ser” y el “hacer” del laico en la Iglesia, ya que por su bautismo y su
confirmación, es discípulo misionero de Jesucristo. En otras palabras, es necesario que el laico
sea tenido muy en cuenta con un espíritu de comunión y participación (PG 11).

 

P. ANTONIO ELDUAYEN, CM

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