Llama la atención que un MAESTRO DE LA LEY, es decir que un conocedor de la Ley le pregunte al Señor Jesús sobre “¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?

Se supone que como maestro de la Ley debe saberlo, para poder cumplir su tarea de maestro de la Ley y poder enseñarla a quienes vengan a buscarlo para ser instruidos en el conocimiento de la Ley, esa puede ser la razón que le lleva al evangelista hacer notar que la intención de la pregunta que ha hecho el maestro de la Ley es para poner a prueba a Jesús. Y que esa era la intención, queda corroborado por lo que después responde el maestro de la Ley cuando el Señor Jesús le hace la pregunta sobre que está escrito en la Ley.

Por la respuesta que da el MAESTRO DE LA LEY a la pregunta hecha por el Señor Jesús “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué es lo que lees?, queda claro que conocía lo que se debe hacer para heredar la vida eterna, conoce el mandamiento que enseña cómo debe ser nuestra relación con Dios, con los demás y con nosotros mismos, del cual para el maestro de la Ley le queda claro lo referente a “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente…”.

Casi siempre nos pasa lo mismo también a nosotros en relación con esta parte del mandamiento, por eso cuidamos nuestra relación con Dios. Pero la parte que se refiere a “y al prójimo como a ti mismo”, es donde el maestro de la Ley tiene dificultad de comprender por eso se atreve a preguntar al Señor Jesús ¿Quién es mi prójimo? Cuando se trata de portarnos como prójimo, es cuando empezamos a tener dificultad como el maestro de la Ley; y a veces incluso ni siquiera preguntamos “¿y quién es mi prójimo? Simplemente lo ignoramos que es mucho más grave pues estamos manifestando nuestro desinterés en cumplir toda la Ley de Dios.

Por eso al igual que al MAESTRO DE LA LEY del relato del evangelio, también a nosotros nos cuenta el Señor Jesús la parábola, para al final preguntarnos a nosotros al igual que al maestro de la Ley “¿Quién…te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los asaltantes?

Si nosotros hemos prestado atención a la parábola que ha narrado el Señor Jesús responderemos como el MAESTRO DE LA LEY “El que lo trató misericordia”, el que actuó como actúa Dios que es MISERICORDIOSO con todos, ya que todos necesitamos de Él.

La pregunta del Señor Jesús al final del relato de la parábola tiene como finalidad dejar ver cómo está formada nuestra conciencia, si fue formada rectamente entonces responderemos al igual que el personaje que está frente a Él queriendo justificar su pregunta, el que lo trató con misericordia y nuevamente el Señor nos dirá también a nosotros “Ve y haz tu lo mismo”.

Nos sucede a menudo que se nos dificulta reconocer al Señor Jesús en la persona de los demás hermanos y hermanas, pero sobre todo en la persona de los pobres, de allí que ya hace unos años se ha empezado a celebrar la jornada mundial de los pobres como una manera de recordarnos la HUMANIDAD de nuestro Señor Jesucristo, aquí solo necesitamos tener presente aquellas palabras suyas que encontramos en Mateo 25, 37-40, así como reconocemos su DIVINIDAD, presente en el Santísimo Sacramento del Altar.

Y es que quien quiere salvar su vida no se puede contentar con amar a Dios también debe amar a su prójimo de la misma manera que se ama a sí mismo. Sí a Dios debemos amarlo por sobre todo es porque es Dios y al prójimo lo amamos porque al igual que nosotros somos imagen y semejanza de Dios que nos ha creado. No hay escapatoria y quien pretenda hacerlo he de decirle que va a desaprobar para la vida eterna.

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