El mensaje del evangelio de este domingo nos sitúa a Jesús cuando toma la decisión de subir a Jerusalén. Esta postura provoca el rechazo de los samaritanos. Ante esta reacción, Juan y Santiago se sienten molestos y quieren castigarles pero el Señor, una vez más les exhorta y les manifiesta que Él ha venido a traer paz a la tierra, serenidad y calma interior para juzgar los acontecimientos de los tiempos y, sin perderse en el mar de la transigencia inoperante, adoptar una actitud de perdón y reconciliación.

Sin embargo, el centro del mensaje del evangelio se encuentra en la exigencia y prioridad en el seguimiento al Señor. Por medio de tres personas que ponen excusas a la llamada a seguirle, El Señor les manifestará que confiar en la providencia divina, adoptar una dosis de inseguridad para favorecer la humildad y el riesgo de la fe y priorizar su mensaje y su estilo de vida por encima de todo, -incluso de la familia, la satisfacción personal, las comodidades…-, serán actitudes esenciales a tener presente en el estilo de vida que hay que recuperar y cimentar para identificarnos plenamente con Él y optar por la instauración del Reino.

El Reino de Dios es vida y la preocupación estriba en vivir a plenitud. No hay tiempo para las excusas, para el temor, para las indecisiones. La fortaleza en las convicciones y la voluntad decidida para llevarlas a cabo, después de un adecuado discernimiento, será esencial en el seguimiento al Señor.

Quien quiera seguir a Jesús, no puede poner condiciones, aunque parezcan muy “humanas” desde el punto de vista de los sentimientos y afectos, y quien se decide a hacerlo con radicalidad y valentía no puede mirar atrás. La fidelidad y la perseverancia, en la motivación y en la palabra dada, lleva a los discípulos a reorientar sus proyectos y objetivos, a cambiar sus esquemas, a priorizar formas de vida en consonancia con el ejemplo que descubren en el Maestro.

Ante tanta tentación por “rebajar” el mensaje del Señor, ante tanto conformismo por acomodar el ideal del ser cristiano, estas palabras del evangelio de hoy nos hacen descubrir la radicalidad del mensaje y la generosidad, disponibilidad y valentía en la respuesta para ser más consecuentes con lo que creemos y practicamos.

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