LECTIO DIVINA – I DOMINGO CUARESMA – C
NO TENTARÁS AL SEÑOR, TU DIOS
LA PALABRA HOY: Deuteronomio 26,4-10; Salmo 90; Romanos 10,8-13; Lucas 4,1-13
Ambientación: Para toda la cuaresma: un camino de papel. En él ponemos símbolos de las tentaciones de Jesús o frases: dinero, poder, fama.
Cantos sugeridos: Nos has llamado al desierto; Caminaré en presencia del Señor.
AMBIENTACIÓN:
Iniciamos la Cuaresma, tiempo de prueba y esfuerzo en el camino de maduración hacia la Pascua, tiempo de gracia para experimentar al Dios liberador en la vida. Jesús es el Señor que salva y libera, por eso fue capaz de superar la prueba de la tentación gracias a la fuerza del Espíritu y de mantenerse libre ante otros “señores”.
Oración inicial
Señor Jesús,
Tú que lleno del Espíritu Santo,
fuiste llevado al desierto,
y allí el diablo buscó seducirte,
tentándote, buscando desviarte de tu misión,
te pedimos que estos días de cuaresma
nos ayudes a mirar nuestra vida
y asi ser conscientes de las tentaciones
que cada uno de nosotros tenemos
y que iluminados por tu Espíritu Santo
tengamos su ayuda para que como Tú
podamos vencer todo aquello
que nos aleja y separa de ti.
Ayúdanos Señor,
y danos tu gracia para ser fuertes en los momentos
y en las circunstancias de tentación,
ayúdanos a ser fieles como lo fuiste Tú.
Que así sea.
LECTIO ¿Qué dice el texto? Lucas 4,1-13
Motivación: Lucas en su relato de las tentaciones de Jesús subraya la victoria de Cristo sobre el enemigo de los planes de Dios. Victoria que supone la aceptación de ese plan divino. La presencia y actuación del Espíritu Santo en esta lucha y victoria de Jesucristo. Escuchemos:
En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
No comió nada durante esos días, y al final sintió hambre.
Entones el diablo le dijo:
– “Si tú eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”.
Jesús le contestó:
– Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre”.
Después llevándole a un lugar más alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:
– “Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo”.
Jesús le contestó:
– Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”.
Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en la parte más alta del templo y le dijo:
Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti”, y también:
Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”.
Jesús le contestó:
– Está mandado: “No tentarás al Señor tu Dios”.
Preguntas para la lectura:
- ¿Quién conduce a Jesús hacia el desierto? ¿Para qué? ¿Durante cuánto tiempo?
- ¿Cuáles son las tres tentaciones que el diablo propone a Jesús? ¿Qué argumentos utiliza?
- ¿De qué manera actuó el Señor Jesús?, ¿qué hizo para superar las propuestas del diablo?
- ¿Cómo termina el relato?
MEDITATIO ¿Qué ME dice el texto?
Motivación: Nosotros, los bautizados, tenemos que enfrentarnos a la tentación al igual que Jesús. Pero, como él, también contamos con la fuerza del Espíritu y la luz de la Palabra de Dios.
- El Espíritu condujo a Jesús hacia el desierto. ¿Me dejo conducir por él en mi vida?
- El Señor fue tentado a partir de circunstancias que Él estaba viviendo. Si miro mi vida, ¿cuáles son mis puntos frágiles, esos aspectos donde podría caer con más facilidad?, ¿los conozco…, soy consciente de mis debilidades?
- En esta Cuaresma, ¿Qué aspectos debería trabajar con más empeño para vivir más plenamente de acuerdo al proyecto de Dios?
- El Señor recurrió a la Escritura para rebatir los embates del tentador, yo, ¿de qué manera busco fortalecer mi fe?
ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Jesús es conducido al desierto, lugar de oración, de encuentro con Dios, pero también de tentación. De igual modo, nosotros somos tentados en nuestros desiertos y necesitamos la fuerza del Espíritu Santo para no abandonar el proyecto de Dios. Pidamos esa fuerza insistentemente en la oración.
- Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.
- Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este doming
CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Para san Vicente, la tentación era un estado feliz, y que un día pasado en semejante situación nos proporcionaría más mérito que un mes sin tentaciones. Decía que no hay que pedirle a Dios que nos libre de ellas, sino que nos haga utilizarlas bien y que impida que caigamos. A las hermanas aconseja:
¿Qué hacer, pues, cuando uno se encuentra en semejante aflicción? ¿Habrá que dejar de confiar en Dios, como si ya no se preocupara de nosotros? Hijas mías, hemos de esperar que hará una de estas dos cosas: o que nos sacará de la tentación, o que nos dará gracias para sacar provecho de ella. ¿No ven cómo se purifica el oro en el crisol? Del mismo modo, un alma se hace más pura y más bella por la tentación, así como el oro resplandece más después de pasar por el fuego. (IX, 1052)
- Tomar conciencia de mis ídolos, de las tentaciones que me acechan y proponerme un plan de crecimiento espiritual para esta Cuaresma
- Reflexionar con tu comunidad, familia, grupo… el mensaje del Papa Francisco: «’Misericordia quiero y no sacrificio’ (Mt 9,13). Las obras de misericordia en el camino jubilar».
Oración final
Señor, llénanos de tu Espíritu Santo
para vivir siempre en tu presencia…
para estar atentos a lo que nos pides…
para vivir plenamente tu voluntad…
para buscar hacer vida tu proyecto de amor…
para dejarnos conducir por Él…
para imitarte y seguirte…
para que nos ilumine y guíe…
para ser Tú, todo para nosotros…
para dar testimonio de ti…
para seguirte a ti siempre y en todo…
para vivir solo por y para ti…
para que no nos alejemos de ti…
para ser fortalecidos en Él…
para tener necesidad de ti…
para que Él haga tu obra en nosotros…
para resistir al mal como lo hiciste Tú. Amén.