DE CHOCOLATADAS, ALIMENTACION Y OTRAS ANDANZAS

       Hay que preparar bien la Navidad. Tenemos que programar las chocolatadas y celebraciones para los niños más pobres; además hay que empezar a buscar regalos, juguetes para los niños.  No estará mal preparar una celebración para los ancianos del barrio con una comida. Pensemos en cien niños para los juguetes y chocolatada y unos ochenta ancianos para una comida. Hay que moverse para lograr todo lo necesario. Todo tiene que estar listo para la celebración para los días 18- 21 de diciembre. Esta actividad se publicará con abundantes fotos por Facebook, Twitter, You Tube, WhatsApp, etc.

¿Por qué se hacen estas celebraciones? Me dirán porque hay que celebrar la Navidad, que es fiesta familiar y entrega de regalos. ¿Por qué se elige a tales niños o a tales ancianos?  Porque vemos que ellos muchas veces no comen, no tienen juguetes, regalos, viven tristes. Queremos que disfruten de la Navidad. Está bien. Yo quiero preguntarles si esas personas mayores van a tener para comer el resto del año, o sea los 364 días restantes; si esos niños van a tener lo necesario para estudiar y alimentarse como corresponde a niños que deben crecer e ir formando su esqueleto y todo su desarrollo físico y mental.  Me preocupa saber si esas personas tan amables en Navidad buscan dar la ayuda que necesitan los pobres o buscan  tranquilizar su conciencia y publicarlo para que todos se enteren que se hacen cosas buenas.

No seré yo quien diga que no se trate de dar una alegría en este tiempo de alegría exuberante. También sabemos que una sola persona o pequeño grupo no puede dar de comer a cientos de personas necesitadas durante todo el año.  Hay que analizar cómo vemos a los que no comen diariamente y por qué no pueden comer. Por qué hay niños desnutridos. Deben pensar que no solucionan el problema con una chocolatada al año. ¿Por qué hay ancianos que han dado la vida por la familia, por la empresa en la que trabajaban, y en definitiva por la Patria, y ahora no tienen para alimentarse, cuidar de su salud y poder llevar una ancianidad serena? La vida, la enfermedad y el hambre son más amplios que los días de Navidad. No se soluciona ningún problema básico humano con dar una chocolatada o una comida especial. Atender a los pobres no es atenderles un día al año o una vez al mes, hay que atenderlos todos los días del año hasta que se solucionen los problemas que les aquejan a los ancianos, los niños y a los delicados de salud. A esas personas que tratamos de ayudarles todo el año estará muy bien que, además, les hagamos una celebración especial por ser Navidad. ¡Bienvenida una chocolatada!

¿Y si de paso podemos ayudar a reencontrarse con la familia de sangre que tal vez se ha desentendido de los padres o de los niños? Esa será la mejor manera de solucionar problemas. Hay padres que han abandonado a los hijos a su suerte y están ellos mientras tanto derrochando dinero en vicios o vida desenfrenada. Hay hijos que han abandonado a sus padres y no se preocupan de si tienen medios para vivir. Ahí es donde tenemos que ser pregoneros de la justicia y de la responsabilidad humana. No libremos de su responsabilidad a los que tienen que salir garantes de la vida de sus padres, abuelos y familiares ancianos. ¡Bienaventurados los que trabajan por la justicia!

Estas celebraciones navideñas me llevan también a analizar los servicios  sociales que se programan en parroquias y en voluntariados. No siempre se hace un análisis serio de las necesidades y de los servicios que se programan como respuesta.  Podemos ver casos que he podido analizar. No pongo en duda la buena voluntad de gente buena que siente la urgencia de hacer algo por los pobres.  A veces se lanzan esos grupos a realizar respuestas tradicionales que han podido tener éxito en otros tiempos y lugares, pero por los cambios en la economía o en la vida social pierden eficacia y atractivo.

1.- Talleres de corte y confección. Obra que en el pasado tuvo su atractivo y servicio muy válido como solución para la economía familiar en cuanto al vestido de todos los miembros y como formación para entrar a trabajar en talleres de producción. En la década final del siglo pasado llegó la invasión de ropa muy barata de China. Resultaba mucho más barato comprar camisas, faldas, pantalones y mil cosas más en las tiendas chinas que hacerlas en casa. Se tuvieron que cerrar muchos talleres de aprendizaje y producción. Vi el caso del gran taller del Opus Dei en Cañete donde las mujeres del campo y de la ciudad aprendieron corte y confección. No pudieron mantenerlo por los bajos precios de la ropa importada y no ser atractivo el posible trabajo en talleres de gran producción, como Gamarra. Este tipo de talleres pueden cambiar de función, pero la formación de la gente campesina y de zonas populares es una tarea promotora de la persona. La enseñanza-aprendizaje siempre debe estar presente en el servicio social.

2.- Comedores parroquiales y de voluntariados. Son respuestas válidas para el censo de personas de un ámbito parroquial que no tienen medios de sobrevivir: Ancianos, niños de familias monoparentales, enfermos, personas migrantes de otras zonas del país o del extranjero. Es un trabajo laudable y muy necesario en ciertas épocas de desastres o en momentos de cambios sociales. El problema es que cuando se forman grupos de voluntariado se plantean realizar alguna acción que dé sentido al grupo caritativo. Ciertamente lo primero que se piensa es qué problema hay de alimentación. Se abre un comedor. Después de un tiempo se analiza y se ve que tal vez ese comedor se ha convertido en una promoción de la vagancia. Antes de abrir un comedor o un servicio de alimentación hay que censar a las personas a las que se quiere ayudar porque lo necesitan.  Hay que analizar si hay posibilidad de puestos de trabajo con los que ganar el sustento personal o familiar. He visto casos de comedores en lugares donde todos los días se ofrecían puestos de trabajo. Incluso para las madres lactantes se construyó una guardería super moderna en atención y alimentación de los bebes. Pero las mujeres abandonaron el trabajo a los pocos días porque recibían bolsas de víveres y comida en comedores. Era más fácil recibir los víveres sin trabajar que recaudar un salario con el que poder organizar la economía familiar. Las parroquias y los voluntariados ¿Se han dado cuenta que pueden convertirse en productores de mendigos? Se sabe que hay personas con capacidad de trabajo que van de comedor en comedor, de parroquia en parroquia, pidiendo ayuda y viviendo sin trabajar. Estos casos son frecuentes en casos de catástrofes o momentos de ayudas masivas.

3.- Ayudas para trabajar

El más importante servicio que podemos dar a toda persona en el campo económico es un puesto de trabajo. El trabajo es el medio que tiene el hombre para perfeccionar la creación. Gracias al trabajo se producen los medios necesarios para satisfacer las necesidades de la humanidad. El trabajo ayuda a toda persona a autovalorarse y poder sentir que, al ayudar a otros, desarrolla el sentido de pertenencia.  Es pensar, “mi vida vale para algo y para alguien”.

Es aquí donde tenemos que evaluar bien a las personas a las que ayudar. Primero hay que acudir en ayuda de ancianos, enfermos y niños en situación de abandono. Ahí lo primero es ayudar a satisfacer las necesidades básicas físicas (Comida, vestido, salud, vivienda). Incluso se puede ayudar a otras personas de modo temporal hasta que pueda adquirir un puesto de trabajo. Nunca facilitar por mucho tiempo la satisfacción de las necesidades básicas pues se corre el peligro de crear dependencia y quedarse en mantenido o de mendigo. Es conveniente abrir en las parroquias una bolsa de servicios de trabajo que facilita servicios de reparaciones y servicios personales (gasfiteros, electricistas, albañiles, lavado de ropa, choferes, cocineros, cuidadores de niños o ancianos, etc.) ayudando a formarse técnicamente y en honestidad. Así podemos ofrecer personas capaces de trasmitir tranquilidad a quien las contrata: Sencillez, verdad, puntualidad, fidelidad al trabajo, deseo de perfeccionarse en el tema laboral para el que ha sido contratado. Hemos visto con frecuencia personas que han estado toda una vida en un trabajo familiar. Han sido adoptadas como miembros de la familia. Vemos a Nanas ancianas que son amadas como madres de personas a quienes cuidaron desde la niñez y que se les manifiesta ahora un amor grande y una fidelidad a toda prueba.

4.- Ayuda para el estudio y la socialización

Una sociedad que estudia y se forma es una sociedad que mejora inmediatamente. Es hora que vayamos pensando en ayudar cada vez más a los pobres a estudiar y formarse. Desde el año 1995 se inició la ayuda a niños con graves dificultades por una pobreza radical. Eran hijos de madres que habían sido internadas en las cárceles y condenadas por terrorismo. Niños desperdigados que ni su propia madre sabía muy bien dónde estaban. Con un grupo de jóvenes pudimos ubicar a esos hijos en los barrios de Lima. Fue una tarea difícil y hermosa. Se apadrinó a esos niños y algunos adolescentes. Para eso se consiguió padrinos. Hoy tras 25 años podemos contar con profesionales que estudiaron carreras universitarias: Ingenieros, enfermeras, profesores, arqueólogos, etc.  y técnicos egresados de SENATI y otros institutos.

Por otro lado, se logró que se realizara un acercamiento entre los hijos y sus padres. No perdonaban que los hubieran abandonado por seguir una ideología política radical. Esta tarea de acercamiento a sus padres nos hizo ver que falta mucho en los trabajos de promoción de los pobres para crear ambiente cívico y de convivencia. Vemos con frecuencia en tiempos navideños gastar miles y miles de soles en comprar juguetes para regalarle una muñeca o una pelota a cada niño. Cada niño va a encerrarse con su regalo y se va a aislar del resto de niños. Si se piensa aprovechar la Navidad para hacer un regalo, que sirva para crear unidad entre grupos de niños, adolescentes o jóvenes. Si regalas doscientas pelotas a doscientos niños se queda cada niño con una pelota y la van a guardar para poseerla siempre. Si el donante pide que en el barrio se organicen equipos de 10 o 15 niños o adolescentes y a cada equipo le regala dos o tres pelotas, pronto se organizarán campeonatos entre los equipos formados, el barrio se relaciona mucho más y las pelotas cumplen una función social. Eso mismo se puede ir haciendo con otras muchas actividades de ayuda. Se resuelve un problema económico y se inicia una vida de socialización y de ayuda mutua.   Recordemos que forma parte del alma del pueblo peruano los trabajos, las ayudas y las celebraciones comunales.

Alguna conclusión 

1.- Es animante ver a tantas personas preocupadas por atender y servir a los más pobres. Son personas que se sienten interpeladas por Jesús. Es digno de admiración y hay que aceptar.

2. – San Vicente es el Patrón de la Cridad organizada. Es tarea de los asesores espirituales orientar, revisar las obras, hacer discernimiento, poner el cambio sistémico como orientación de los programas sociales y animar a los cambios que se deben hacer.

3.- No dejarnos arrastrar por ambientes fáciles de conseguir ayudas que impiden el desarrollo del trabajo y la responsabilidad de los pobres.

4.- No librar de las responsabilidades a los padres en relación con los hijos, a los hijos adultos con los padres ancianos. La familia es la responsable primera. Incluso orientar a madres abandonadas para hacer juicios a los padres de sus hijos que abandonan sus responsabilidades.

5.- Al organizar ayudas no perder de vista la tarea de socialización u organización comunitaria tanto en niños como en adultos. Pueden ser hechos de trabajos comunitarios, deportivos, de estudio y aprendizaje, celebraciones religiosas y familiares. 

                                                                        P. Alfonso Berrade C.M
Provincia Peruana

Leave Comment