Queridos amigos, va mi abrazo y saludos cordiales. Dios los bendiga en este domingo que celebramos la Santísima Trinidad de Dios: “Un solo Dios verdadero y tres personas distintas”, misterio de Amor.
Las lecturas de este domingo nos ayudan a acercarnos a este “misterio trinitario”, que nos reveló plenamente Jesucristo.
La primera lectura del Éxodo (34,4-9), que narra el encuentro de Moisés con Dios en el monte Sinaí. Dios, entre la nube de su presencia, se revela como Dios “compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad” y Moisés hace tres peticiones: que Dios permanezca en medio de ellos, que perdone las culpas y pecados, y que sean tenidos como su heredad por su misericordia.
Y tomando las alabanzas del libro de Daniel (3,52-56) podamos aclamar: “Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, bendito tu nombre santo y glorioso.”
En la segunda lectura, de la carta de San Pablo a los Corintios (IICo.13,11-13, quienes están en conflictos de unidad fraterna, el apóstol los exhorta a tener un mismo sentir, vivir en paz, que produce gozo, porque Dios con su amor y paz fortalece la comunión de hermanos. Y el apóstol nos habla de Dios, de Cristo asociado a la acción de su “gracia”, del Padre asociado al “amor”, y el Espíritu Santo asociado a la “comunión”.
El evangelio de Juan (3,16-18), nos revela el grande “amor” del Padre por sus creaturas, que ha “entregado” para su salvación a su Hijo Jesucristo para que tengan “vida eterna”. La presencia de Cristo (su Encarnación), es para salvar no para condenar. Corresponde a las personas superar la incredulidad y abrirse por la fe a Jesucristo, participando del amor de Dios.
Cada día honremos el amor Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, comunión de amor, unidad, paz.
Al empezar el día hagamos siempre la señal de la santa cruz por la que invocamos la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y así nos recordamos del amor suyo que nos creó, redimió y santifica.
Hagamos de nuestras relaciones fraternas medios para vivir en unidad, amor, paz, justicia, alegría,..
Los abrazo fraternalmente y los tendré presente en la misa que celebraré hoy. Que Dios sea vuestra alegría, paz, gozo, esperanza.
Sigamos orando unos por otros.
Oh María sin pecado concebida. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
P. Rubén Borda cm