Hemos llegado al cuarto domingo de adviento, tiempo en el nos hemos preparado para recibir al Señor Jesús en su doble venida. Primero esperábamos su SEGUNDA VENIDA, en gloria y majestad y mientras lo esperábamos lo íbamos reconociendo en cada persona y acontecimiento con que nos íbamos encontrando en esos días, desde el Primer Domingo de Adviento hasta el día 16 de diciembre. Luego en esta segunda etapa estábamos esperando que venga el Señor en su PRIMERA VENIDA, nacido niño en Belén para salvarnos. Y por eso durante todo el tiempo de Adviento hemos repetido junto con toda la Iglesia VEN SEÑOR JESÚS.
EL evangelio según San Lucas nos presenta el pasaje evangélico, qué en el rezo del rosario, en los misterios gozosos, anunciamos como primer misterio “la anunciación”.
Contemplando el relato notamos que en un primer momento el evangelista se detiene para señalar el lugar donde vive la elegida por Dios, para que sea la Madre de su Hijo, “…una ciudad de Galilea llamada Nazaret” también señala cuál era la condición de la elegida“…desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David…” y por último nos dice el nombre de la elegida “…la virgen se llamaba María…”.
Una vez que el evangelista nos ha presentado al personaje de la historia, pasa a decirnos que la visito un ángel el cual al entrar en la presencia de la elegida la saluda, y el saludo sorprende a María, llegando a turbarse pues no comprende que significa eso de ser “…llena de gracia…” y menos aún eso de “…el Señor está contigo…”.
Aun cuando el ángel no le explica el significado del saludo si intenta calmar a María y le empieza a decir que va a concebir en su vientre un hijo al que le pondrá por nombre JESÚS, será grande, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, en clara alusión a la promesa hecha por Dios al rey David en la primera lectura, y como para reafirmar lo antes dicho le hace saber que va a reinar sobre los descendientes de Jacob, en alusión a las doce tribus de Israel, y para cerrar con broche de oro le hace saber que su reino no tendrá fin tal como había prometido Dios.
En pocas palabras: MARÍA DIOS TE HA ELEGIDO PARA QUE SEAS LA MAMÁ DEL MESÍAS PROMETIDO POR DIOS.
La buena noticia no desubica a María sino que muy consciente de lo que se le ha anunciado, ella pregunta algo que no termina de entender y es ¿Cómo una mujer puede llegar a ser madre sin la intervención de un varón?, por lo que el ángel se ve precisado a explicar a María como va a suceder eso, “…El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra…” y como para que no le quede dudas de todo lo que le ha anunciado, le hace saber que su parienta Isabel, la anciana a la que llamaban estéril, está esperando un hijo y que ya lleva seis meses de embarazo.
Es como si le dijera María si Dios puede hacer que unos ancianos puedan engendrar un hijo, también puede hacer que una virgen quede embarazada sin intervención de varón porque has de saber que ese hijo es el Hijo del altísimo.
Aclarada la duda a María solo se le ocurre decir “Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”, que bien podríamos entender como QUIERO QUE LA VOLUNTAD DE DIOS SE REALICE EN MI, pues para el creyente no hay cosa mayor que realizar lo que Dios quiere.
En la figura de MARÍA los creyentes tenemos el ejemplo de una vida creyente que está toda ella enfocada en escuchar atentamente el mensaje de Dios y si hay algo que no se entiende en ese mensaje con confianza poder preguntar cómo va a ser eso y una vez resuelta la duda poder ir y hacer eso que nos pide Dios.