La celebración del IV domingo de ADVIENTO nos indica que ya estamos próximos a celebrar la fiesta del MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN, el NACIMIENTO DEL SALVADOR, es decir la FIESTA DE NAVIDAD.
El evangelio de este domingo nos presenta a la VIRGEN MARÍA que se pone en camino de prisa para visitar a su parienta Isabel, de quién por el anuncio del Ángel Gabriel se ha enterado que está esperando un hijo, luego de haber pasado toda su juventud como estéril pero que ahora por una gracia de Dios ella está embarazada y esperando un hijo: “También tu parienta Isabel va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. Porque para Dios no hay nada imposible.”.
Es posible que la prisa que lleva MARÍA al ponerse en camino hacia las montañas de Judea esté impulsada por saber que la pariente anciana ISABEL está embarazada y sola, por lo tanto, necesita de ayuda, lo cierto es que, al llegar a la casa de Zacarías, saluda a Isabel, pues Zacarías está en el templo cumpliendo su servicio.
La visita y el saludo de la VIRGEN MARÍA a su parienta Isabel al entrar a la casa de Zacarías desencadena una serie de eventos:
En primer lugar, hace que la criatura que ISABEL lleva en su vientre salte de alegría.
En segundo lugar, hace que ISABEL se llene del Espíritu Santo que la lleva a decir a voz en grito “¡BENDITA TU ENTRE LAS MUJERES Y BENDITO EL FRUTO DE TU VIENTRE!”.
Si la presencia de la Virgen María, quien lleva en su vientre a aquel que le ha sido anunciado por el Ángel Gabriel y que ella luego de haber comprendido de que se trata lo que Dios le pide termina diciendo “he aquí la esclava del Señor que se haga en mi tal como has dicho” es capaz de provocar estos acontecimientos entonces que la presencia entre nosotros de aquella que lleva en su vientre al Salvador del Mundo echo niño provoque también alegría entre nosotros si es que nos damos por visitados; su presencia entre nosotros nos llene igualmente del Espíritu Santo y también que seamos capaces de reconocer el obrar de Dios entre nosotros.
El saludo de María hace que Isabel se interrogue sobre el significado de los acontecimientos que le está tocando vivir, razón para que también nosotros nos preguntemos sobre la razón por la cual Dios nos permite celebrar un año más este tiempo de ADVIENTO, como preparación para celebrar la fiesta del NACIMIENTO DE SU HIJO.
El saludo de MARÍA hace más sensible a ISABEL, pues ella se percata que el saludo que le trae su parienta que la está visitando, ha hecho que la criatura salte en su vientre, pero no es un salto cualquiera, es un SALTO DE ALEGRÍA, que este saludo, que también nos hace llegar tan digna visitante, aunque ya no estemos en el vientre materno, también nos haga saltar de alegría a nosotros, ya que también reconocemos la presencia del niño en medio de nosotros, aquel que envía el Padre como SALVADOR de todos, a su Hijo muy amado, a su predilecto, aquél en quien tiene su complacencia.
Por último, ISABEL termina llamando bienaventurada a su parienta MARÍA porque ha creído lo que le dijo el Señor por medio del Ángel, y que todo lo que le dijo se cumplirá.
Ante esta afirmación que hace la pariente ISABEL a María al llamarla bienaventurada por haber creído todo aquello que le hizo saber por medio del Ángel Gabriel, nosotros podemos aprender a aceptar que el plan de Dios se realice en nuestra vida una vez que hemos comprendido lo que Dios espera de nosotros y entonces también seremos bienaventurados.
FELIZ TIEMPO DE ADVIENTO, EN SU SEGUNDA PARTE, AQUELLA QUE NOS HACE PEDIR AL SEÑOR. VEN NACE NIÑO EN BELÉN PARA SER EL SALVADOR DEL MUNDO.
AL VER ENCENDIDAS LOS CUATRO CIRIOS DE LA CORONA DE ADVIENTO ESTAMOS SIENDO ADVERTIDOS QUE LA FIESTA DE LA NAVIDAD YA ESTA CERCA.
QUE LA RAZÓN DE NUESTRA ALEGRÍA YA ESTÁ POR NACER NIÑO EN BELÉN…
Y CON SU NACIMIENTO CONSTATAMOS UNA VEZ MÁS QUE NUESTRO BUEN PADRE DIOS SIEMPRE CUMPLE SUS PROMESAS.
UN ABRAZO GRANDE, FUERTE Y APRETADO PARA TODOS Y CADA UNO DE USTEDES…
FELICES FIESTA DE NAVIDAD PARA TODOS USTEDES…