Celebramos ya el tercer domingo de Adviento con lo que ya se va terminando la primera parte de este tiempo que tiene una duración desde el primer domingo de Adviento hasta el día 16 de diciembre en que la Iglesia toda apura la venida del Señor Jesús, pero en su segunda venida en gloria y majestad sobre las nubes acompañado de sus ángeles para según el evangelio de Mateo para establecer el juicio a las naciones, para señalar el final del tiempo de la Salvación y por eso cada quien según el bien realizado en favor del Señor Jesús en la persona de los más pequeños será llamado y se le destinará que se ponga a su derecha y quienes no hayan realizado el bien en favor del Señor Jesús en la persona de los más pequeños será destinado a ponerse a la izquierda del Señor; los de la derecha para que tomen posesión del reino de los cielos y los de la izquierda al fuego eterno. Ya no queda más tiempo para estar en este mundo pues ha llegado el tiempo en que pasamos a gozar de la vida eterna en el reino de los cielos o del fuego eterno, es decir es tiempo en que se acaba esta vida, nos morimos, para empezar a gozar una nueva vida junto a Dios.
En otras palabras, esta primera parte del tiempo del Adviento en la que apuramos la segunda venida del Señor Jesús marca el final del tiempo de la salvación porque el Señor que viene se encarga de realizar de manera definitiva la salvación ofrecida por Dios en su Hijo en favor de todos.
A partir del día 17 de diciembre, en que empieza la segunda parte del tiempo de Adviento la Iglesia, y nosotros junto con ella seguiremos apurando la venida del Señor Jesús, pero a diferencia de la primera parte, ahora lo que apuramos con nuestro pedido es que se inicie el tiempo de la salvación con el NACIMIENTO DEL SALVADOR.
El evangelio de este domingo nos presenta en primer lugar a la persona de Juan el Bautista, encarcelado, pero no aislado de lo que va sucediendo en el pueblo y por eso se entera de los signos que va realizando el Señor Jesús por lo que envía a sus discípulos a preguntarle “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” La pregunta por si misma nos revela que se vive un tiempo de expectación en que se espera que llegue alguien, en este caso el MESÍAS según lo anunciado por el profeta, de parte de Dios, y que vendría acompañado de signos y prodigios.
He ahí la razón de la respuesta dada por el Señor Jesús a los emisarios de Juan el Bautista: “vayan a anunciar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio…”. En otras palabras, el Señor Jesús le hace saber a Juan, que el Mesías, prometido por Dios, a su Pueblo y anunciado por medio del profeta, es Él.
He aquí la razón de la invitación al GOZO Y LA ALEGRÍA en este domingo, el SALVADOR ya está en medio de su pueblo, Dios ha cumplido su promesa.
En la segunda parte del evangelio el Señor Jesús se pone a hablar a la gente sobre la persona de Juan el Bautista de quien llega a decir que de entre los nacidos de mujer Juan es el más grande y que efectivamente era un profeta y que su misión era hacer de mensajero delante del pueblo y que debía preparar el camino para el que venía detrás de él, es decir preparar el camino para el Señor Jesús. Con lo que nuevamente es Señor Jesús afirma que Él es el MESÍAS.
GOCÉMONOS Y ALEGRÉMONOS HERMANOS, PUES NUESTRA SALVACIÓN ESTÁ CERCA, DIOS NOS HA CUMPLIDO SU PROMESA…