El evangelio de este domingo nos hace saber sobre acontecimientos que tuvieron suceso cerca a la fiesta que celebraban los judíos y para cuya celebración habían concurrido algunos griegos que deseaban ver al Señor Jesús. Para poder lograr su objetivo buscan la ayuda de Felipe, quien era vecino de Betsaida de Galilea, a quien le manifiestan “Señor, quisiéramos ver a Jesús”, ante este pedido Felipe recurre a donde Andrés con quién se dirigen a decírselo al Señor Jesús. De los griegos podemos decir qué por su presencia en la celebración de la fiesta, deben ser judíos de la diáspora, que por el habla son llamados griegos. 

Cuando el señor Jesús se enteró que lo estaban buscando porque querían verlo, el asume que “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre” y como para que sus discípulos acepten esta hora empieza a usar una imagen agrícola relativo a la siembra y cosecha, también menciona que para guardarse para la vida eterna hay que perder la vida pues de otra manera la perderá. 

También menciona el tema del servicio que como recompensa el servidor que le siga estará donde Él esté, y como para animar a hacer este servicio les hace saber que el Padre lo premiará. Todo esto es dicho por el Señor Jesús como para preparar a sus discípulos para que acepten la suerte que le va a tocar vivir más adelante. 

Es así que les sigue hablando Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre».” Expresa de esta manera su conformidad con la voluntad de su Padre de quién desea que su nombre sea glorificado. 

Al sonar aquella voz venida del cielo, el señor Jesús les hace saber a sus oyentes que esa voz ha venido como testimonio para que ellos crean. “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo» son las palabras que se han escuchado y la primera parte de la frase hace referencia a los signos y prodigios que el Hijo hizo en nombre del Padre y la segunda parte hace referencia a la glorificación del Hijo después de la muerte que sucederá al tercer día con el acontecimiento de la resurrección. Eventos que expresarán el triunfo de la vida sobre la muerte, y la derrota definitiva del tentador, “Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacía mí” y esto porque todos habrán aprendido a hacer lo que Dios manda, como en el desierto cuando fue elevada la serpiente de bronce “todo el que sea mordido por una serpiente venenosa, que alce la vista hacia la serpiente y no morirá” y así aquel pueblo volvió a aprender a obedecer a Dios y su enviado Moisés de quien habían murmurado. Ahora también los que han creído en su enviado también se salvarán y tendrán vida eterna. 

HERMANOS Y HERMANAS YA VAMOS TERMINANDO ESTE TIEMPO DE CUARESMA, TIEMPO DE GRACIA Y SALVACIÓN, TIEMPO EN QUE HEMOS ESTADO PREPARANDONOS PARA CELEBRAR LA FIESTA DE LA PASCUA, ESPECIALMENTE PARA PARTICIPAR DE EL ALIMENTO Y BEBIDA QUE EL PADRE DESEA QUE COMAMOS Y BEBAMOS PORQUE NOS DAN VIDA ETERNA, GRACIAS A QUE EL HIJO SE DEJO ELEVAR EN LO ALTO DE LA CRUZ PARA QUE NUESTROS PECADOS SEAN PERDONADOS Y ASÍ PODER PARTICIPAR DEL BANQUETE QUE EL PADRE PREPARA PARA NOSOTROS TAMBIÉN Y QUE EL SEÑOR JESÚS CELEBRÓ CON SUS DISCÍPULOS.     

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