TAREA DEL CREYENTE: SEGUIR Y ESCUCHAR LA VOZ DE JESÚS, EL ÚNICO PASTOR
Los Apóstoles siempre escuchaban la voz de Jesús, su único pastor, eso lo tenían más que claro. Con el acontecimiento pascual, ellos visitaban muchas comunidades predicando con mucha valentía, a Jesús muerto y resucitado, y estas comunidades eran fortalecidas y crecían en número y en fe. Los Apóstoles actuaban y hablaban con el poder y el fuego del Espíritu Santo, que a veces eso nos falta.
Pablo y Bernabé, fueron siempre fieles seguidores de Jesús, fieles a la sana doctrina de la Iglesia, pero también incansables misioneros ya que iban a distintos lugares, porque el celo misionero por la salvación de las almas les motivaba a caminar en fe, exhortaban a no dar la espalda a Dios: “continuaron desde Perge y llegaron a Antioquía de Pisidia…exhortaban a perseverar fieles a la gracia de Dios” (Hch.13,14.43-52).
Cuando quieres caminar y actuar en fe, agradando a Dios, cumpliendo su voluntad, siempre vas a encontrar gente que te diga “amén”, y también gente que te rechace. Los Apóstoles, no fueron la excepción. Ellos siguieron la voz de su único pastor que es Jesús, por eso seguían anunciando la palabra de Dios, y cuando los rechazaban se iban a otros pueblos. ¿Cuántos de nosotros buscamos un “cristianismo sin cruz” o un “cristianismo fácil” que no nos exija nada? ¿De verdad escucho la voz de Dios para seguirla como los apóstoles o es que escucho “otras voces” que no son las de Dios?
La “muchedumbre inmensa” de la que habla el Apocalipsis (7,9.14b-17) seguía la voz del Cordero, la voz de Jesús, por eso que lo adoraban siempre. Sabían que el que estaba frente a ellos es “el que se sienta en el trono y acampará entre ellos”. Es un Dios cercano y amigo, es un Dios que acompaña. Ese es el Dios en el que tú, yo y todos deberíamos creer más, ¿no te parece? Cuando seguimos la voz del único pastor que salva, entonces nuestra vida, nuestra comunidad, nuestra fe se fortalece y se purifica. Es más, nuestras lágrimas, Dios mismo las “enjugará”. ¿Lo crees de verdad? ¿Te animas a seguir la voz del único pastor que salva que es Jesucristo o quieres seguir escuchando otras voces que te confunden y te llevan por caminos de oscuridad?
Jesús conoce a cada uno de sus ovejas, por eso que escuchan su voz y nadie las arrebata de su mano: “mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo doy la vida eterna, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre” (Jn.10,27-30). Cuando tú, yo o cualquiera escuchamos doctrinas contrarias a Dios, no estamos escuchándole a Él; cuando yo sigo a líderes, “vestidos de mucha fe o religiosidad” que me desvían de lo que Jesús y los Apóstoles nos dejaron, entonces no estoy escuchando la voz de Jesús el buen pastor; cuando promuevo doctrinas, música pagana y no católica dentro de la Iglesia, no estoy escuchando la voz del Único pastor que salva. El que tenga oídos que oiga. Basta queridos hermanos de escuchar voces que no son las de Dios, basta de dejarme confundir por doctrinas que no son las de Jesús. Él ha dejado en los apóstoles una doctrina y que están por generaciones en la Santa Iglesia que Él fundó y que han sido y son reconocidas por los santos padres de la Iglesia.
¿Cuántos somos capaces de defender la sana doctrina de la Iglesia de aquellos que nos la quieren confundir? ¿Cuántos somos capaces de defender la Iglesia misma que está siendo “zarandeada”? ¿Cuántos somos capaces de defender a Jesús que se burlan de Él y lo ponen en un segundo plano? Jesús defiende a la Iglesia, que es su esposa, y sus integrantes somos sus ovejas. ¿Adoptaremos esa postura?
La tarea del creyente siempre será: seguir y escuchar la voz de Jesús, el único pastor que salva (cf.Jn.15,5; Filp.1,21; Salmo 23).
Con mi bendición.