Esta semana el evangelio nos presenta al Señor Jesús advirtiendo a la gente, que tenga cuidado con el comportamiento de los escribas que suelen asumir frente a los demás, pero que al final les va acarrear “…una sentencia más severa”.
Convendría intentar comprender primeramente porque el comportamiento de los escribas es merecedor de un castigo más severo y por qué el comportamiento de la viuda merece el reconocimiento de parte del señor Jesús.
La primera conducta que el Señor Jesús señala a la gente y de la que se deben cuidar es la de los escribas, que en su afán llenar vacíos personales y estar preocupados por la apariencia les gusta de vestimentas amplias. Suelo pensar que mientras más vacío haya en la persona más grande es su necesidad de utilizar los ropajes para llenar esos vacíos, que mientras más vacías sean sus celebraciones, sientan mayor necesidad de llenarlas de largas moniciones, cantos, aplausos, humos etc., que en vez de expresar el misterio celebrado lo opacan cada vez más y más hasta incluso llegar a ocultarlo por completo. Sienten que con eso son alguien o hacen algo olvidándose que lo importante es el misterio de amor de amor de Dios por nosotros que celebramos en acción de gracias “Eucaristía” la llamamos; pero nos hemos dejado atrapar por el consumismo que ha convencido a la gente, que si no usa ropa de marca no es nadie y hasta hemos aprendido a valorar a las personas según la marca de ropa que usan. Igualmente sentimos que si en nuestras celebraciones no hay determinados adornos “cantos, gestos, aplausos” es una celebración triste y todo porque no sabemos contemplar y gustar el misterio de amor celebrado, donde somos invitados por nuestro buen Padre Dios para ser alimentados por su Palabra y el Cuerpo y Sangre de su Hijo, nuestro señor Jesucristo y experimentar en todo momento su amor de Padre en favor nuestro.
La segunda conducta que señala el Señor Jesús a la gente sobre los escribas es que les gusta ser reconocidos y por eso van por las plazas buscando que les hagan reverencias, tal como en el primer señalamiento, detrás de esa necesidad de ser reverenciados puede estar la baja autoestima del individuo que busca subirla a través del reconocimiento que le brindan los demás, sin percatarse que quién se debe reconocer a sí mismo es el individuo, ya que solo así lograra superar su baja autoestima y por lo tanto superada su baja autoestima ya no necesitará depender del reconocimiento de los demás.
La tercera y cuarta conducta de los escribas de la que se debe cuidar la gente es la búsqueda de honores y esta búsqueda se da porque habiendo vació en el individuo, este busca llenarlo con el honor que le puedan tributar los demás, cediéndoles los puestos de honor o los primeros puestos en los banquetes.
Por último, señala el Señor Jesús a la gente la conducta de los escribas de la que se deben cuidar y esta es “el que devoran los bienes de la viuda, con pretexto de largos rezos” aquí la gravedad está puesta en quitarle a la viuda lo que tiene para vivir con tal de ellos acumular riquezas y cuya conducta llevaría a la muerte a la viuda.
En un segundo momento del relato, aparece el pasaje de la limosna de la viuda, que da todo lo que tiene para vivir, echándolo en la alcancía del templo en contraposición a la conducta de los escribas que buscan acumular, de allí que el señor Jesús llame la atención de sus discípulos para alabar la conducta de la viuda y con ello asegurar que la cosa quede clara cuál es la conducta que se debe asumir como expresión de nuestra confianza en Dios.
¿QUÉ ELEGIMOS NOSOTROS ESTA SEMANA?
¿COMPORTARNOS CÓMO ESCRIBAS O VIUDAS?
¿COMO GENTE VACÍA QUE BUSCA LLENAR SUS VACÍOS O COMO PERSONAS LLENAS DE PLENITUD DISPUESTOS A DARLO TODO?
PIDAMOS AL SEÑOR QUE NOS AYUDE A ELEJIR LA SEGUNDA CONDUCTA, DE TAL MANERA QUE SIEMPRE ESTEMOS LLENOS DE ÉL Y DISPUESTOS A DARLO TODO EN FAVOR DE LOS DEMÁS Y QUE APRENDAMOS A CONFIARNOS EN ÉL, COMO LA VIUDA Y QUE SEAMOS CAPACES DE PONER TODA NUESTRA CONFIANZA EN DIOS…