Queridos amigos reciban mi cordial saludo y afecto personal. Dios los bendiga!!
Ya estamos cerca de concluir el año litúrgico, nos falta un domingo!!! Y por ello, volvemos a mirar la etapa decisiva del final terreno y mantener la esperanza de la vida eterna, tal como decimos en los últimos artículos de fe que profesamos en el CREDO.
Las lecturas de este Domingo tienen ese motivo de considerar los tiempos finales,(escatología). Y nos ayudan a dar sentido a nuestra vida presente y futura.
*La primera lectura es del libro de la Sabiduría (Sab.6,12-16). La sabiduría como virtud pasa a ser personificada, al modo que San Pablo llega a decirnos que “Cristo es la sabiduría de Dios” (1Co.1,24).
Dios nos sale a su encuentro, está para todo momento de nuestra vida, basta desear encontrarlo, buscarlo. Desear obrar con sabiduría es agradar a Dios que desea nuestro bien, por ello se expresa como luz, prudencia. Vivir en la sabiduría de Dios nos trae paz y fortaleza para el presente y futuro.
Lo triste es dejar de buscar la sabiduría de Dios, y perder el sentido de la vida.
*El salmo 62, expresa la oración sencilla y confiada en Dios: oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, sedienta, sin agua…”
*En la carta de San Pablo a los Tesalonicenses (1Ts.4,13-18) nos fortalece en la esperanza de la vida eterna en Dios, de él procede el consuelo y esperanza: “Si creemos que Jesús a muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús los llevará con él.”
*El evangelio de San Mateo (Mt.25,1-13), a través de la parábola nupcial (pueblo) con el novio (Cristo), nos presenta al Reino de Dios que ha llegado en Cristo, y que debemos mantener una actitud vigilante, y de sabiduría para participar de la plenitud del amor de Dios.
La necedad, la soberbia, la maldad del corazón, puede crear el pensamiento que no necesitamos de “cuidar el aceite de nuestra lámpara” y ello nos hace ignorar la realidad de la vida eterna, porque nuestra vida terrena presente es temporal.
Así mismo, el no obrar con sabiduría y prudencia, puede llevarnos al extremo de pensar que ya llega la Venida definitiva de Cristo y descuidamos nuestros deberes y responsabilidades presentes.
El evangelio nos motiva a no tener falsas seguridades, sino más bien a tener la vigilancia, la sabiduría, la prudencia del corazón, para que nuestra confianza en Dios, nos tenga para salir a su encuentro, para vivir eternamente en Él.
Esta lectura nos ayuda a valorar ese rito de la luz que se nos da el día de nuestro bautismo. Al recibir el cirio encendido del cirio Pascual, se dice:”que iluminados por Cristo, camine siempre como hijo de la luz y, perseverando en la fe, puedan salir al encuentro del Señor con todos los santos, cuando llegue el final de los tiempos.” Amén.
Hermanos demos gracias a Dios por darnos en Cristo su luz, sabiduría, para vivir con prudencia el presente, para estar preparados para el momento definitivo que no sabemos, ni el día y ni la hora, que nos toque cerrar los ojos para este mundo. Cuidemos la luz de nuestra lámpara que recibimos en nuestro bautismo.
Los tengo presentes en mi oración y en la misa que celebraré hoy.
Sigamos orando por la paz en el mundo.
Oremos en este mes mariano de la inmaculada de la Medalla Milagrosa nos alcance practicar las virtudes que nos enseñó Jesucristo.
Oh María, sin pecado concebida.
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.