El Evangelio de este domingo, está tomado del Evangelio según San Juan, y nos presenta el relato conocido como el ENCUENTRO DEL SEÑOR JESÚS CON LA SAMARITANA.
En el pasaje se establece un diálogo entre el Señor Jesús y la samaritana donde el tema inicial es la sed de agua y la necesidad de saciarla con la ayuda del otro, pronto se eleva la conversación a un tema referente a la fe que pasa por la verdad de reconocer una situación de vida y el lugar legítimo donde dar culto a Dios.
A partir de este momento el desenlace se mueve en otro nivel, con la confesión de la mujer que dice saber: “que va a venir el Cristo y que cuando venga Él les dirá todo” y la confesión de Jesús que Él es el que debía venir.
Conocer esta revelación sobre la identidad del Señor Jesús, mueve a la mujer salir a buscar a la gente de su pueblo para anunciarles que hay uno que parece ser el Mesías y la gente del pueblo de la samaritana, recibe el anuncio y se pone en camino al encuentro con Jesús en el cual creyeron después de oírlo ellos mismos en persona y no solamente por lo que les había dicho la mujer y de allí la razón por la que le pidieron que se quedara con ellos, y al quedarse el Señor Jesús con ellos, hizo que muchos más creyeran en Él por su predicación.
Entrelazado a este desarrollo está la relación y dialogo que el señor tiene con sus discípulos quienes se preocupan por proveer de alimentos para el grupo, gente que no termina de comprender que la salvación de Dios es para todos y por eso a todos se les tiene que anunciar el Evangelio de la salvación. La preocupación de los discípulos pasa por si el Señor come o no come, pero que el señor les ayuda a elevar la comprensión del mensaje haciéndoles saber que su “…alimento es hacer la voluntad del que lo ha enviado y llevar a término su obra”. La fe pasa por hacer la voluntad del Padre que está en el cielo.