El Señor Jesús ha llegado a Jerusalén y como buen judío va al templo y se pone a enseñar allí, pero encuentra resistencia en la persona de los sumos sacerdotes y ancianos quienes lo interrogan preguntando “¿Con qué autoridad haces eso?” a lo que el Señor les pone una condición para responderles a su interrogante y la pregunta que les hace es en torno al bautismo que practicaba Juan en el Jordán ¿de dónde procedía? ¿del cielo o de los hombres? Y como ellos se niegan a contestar termina el Señor Jesús diciendo “Entonces yo tampoco les digo con qué autoridad lo hago”
En realidad, con los hechos les está diciendo que lo hace con la misma autoridad que ellos enseñan, con la autoridad que viene de Dios. Y digo esto porque ellos interrogan, Él interroga, ellos no responden Él tampoco responde y no deja pasar la ocasión de enseñarles.
Y el evangelio que se nos proclama este domingo es la continuación de este encuentro del Señor Jesús en el templo con los sumos sacerdotes y los ancianos a los que les echa una historia, parábola también la llaman, de dos hijos y su comportamiento frente a los mandatos de su padre y al finalizar la historia les pregunta “¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre? A lo que ellos responden “el primero” y con su respuesta dejan ver que su conciencia está capacitada para distinguir entre el bien y el mal, podríamos decir que tienen una recta conciencia, pero que sin embargo no les es suficiente ya que se necesita hacer algo más y eso es actuar según los dictados de su recta conciencia.
Es por eso que los recaudadores de impuestos, las prostitutas, entraran al reino de los cielos antes que ellos, los sumos sacerdotes y los acianos y la razón para asegurar eso se las da diciéndoles “porque vino Juan, enseñando el camino de la JUSTICIA y no le creyeron, mientras que los recaudadores de impuestos y las prostitutas le creyeron. Y ustedes aun después de verlo, no se han arrepentido ni han creído.
Para el creyente es importante conocer la voluntad de Dios, la Palabra de Dios, pero no es suficiente si nos quedamos ahí, es necesario ponerla en práctica.
Estoy recordando el comportamiento de un coro parroquial al que se le ha enseñado sobre la utilización de algunos cantos y dado las razones para no cambiar la letra de otros cantos en la celebración de la santa misa, y sucede que cuando preside ese padrecito que les enseño ellos se cuidan que las letras de los cantos correspondan a la liturgia pero cuando preside el otro padrecito que les permite todo exceso, abuso y errores, vuelven a utilizar aquellos cantos que no se debería utilizar por no corresponder la letra. Yo intento hacerles notar que al hacerlo se están haciendo un gran daño ya que se manejan con doble moral.
Si estuvimos atentos al evangelio el Señor Jesús no le cierra la entrada al reino los cielos a los sumos sacerdotes y ancianos más por el contrario les enseña lo que deben hacer para entrar en el reino de los cielos, solo que entraran después que los recaudadores de impuestos y las prostitutas.
Estamos avisados hermanos y hermanas debemos seguir el camino de la JUSTICIA y practicarla si deseamos entrar en el reino de los cielos ya que el estar en el templo para orar o celebrar la misa no necesariamente nos lo asegura si es que no practicamos la JUSTICIA.