CUIDADO CON EL EXCLUSIVISMO
La figura de Moisés fue importante en el origen del pueblo de Israel. Pero, el camino hacia la tierra prometida comprometía la asunción de un nuevo liderazgo para acompañar la nueva etapa que se abría para la subsiguiente generación. La elección de estos ancianos que nos narra el libro de los Números, para ayudar a Moisés a guiar al pueblo – quizá en relación al texto de Ex 18,21 cuando decidió nombrarlos para juzgar casos particulares ayudándoles con el ejercicio administrativo de justicia -, refleja este pensamiento, pero necesitaban ser legitimados de alguna forma, y el recurso para ello será la irrupción del Espíritu del Señor sobre aquellos, para esta responsabilidad. Ahora bien, el deseo exaltado de Moisés al final del pasaje, debido a la intervención de Josué sorprendido de que dos de los ancianos no hayan estado con los demás y que igualmente haya recaído sobre ellos la fuerza del Espíritu, ha sido entendido como una profecía en sí misma: llegará el día en que todo el pueblo será ungido por el Espíritu para ejercer su profetismo. Es un texto que intenta subrayar la elección de Israel y su santidad corporativa que se encuentra también en Ex 19,6. Sin duda, la comunidad cristiana al releer este pasaje encuentra su cumplimiento en la efusión del Espíritu sobre la Iglesia hermosamente narrada por Lucas en su obra Hechos el día de Pentecostés.
Continuamos escuchando los sabios consejos de la carta de Santiago y como ya hemos anotado anteriormente la influencia del estatus social y económico necesitaba ser entendido dentro de los nuevos parámetros de fraternidad de la iglesia. La riqueza puede llevar a la perdición pues el egoísmo y la codicia envilecen el corazón del hombre y el autor intenta, desde comparaciones sutiles, desenmascarar el pretendido valor del dinero, como cuando señala que, al terminar nuestros días, no hará más que enmohecerse en esta tierra, o cuando hablando sobre la mala costumbre de despilfarrar los bienes compara a los ricos irónicamente con las reses engordadas que se preparan para los sacrificios en el Templo. Terminarán condenados a la matanza pues no pudieron ver más allá de sus placeres sentenciando de hambre a los pobres e inocentes por su indiferencia.
El segundo anuncio de la pasión en el evangelio de Marcos, no solo trajo como consecuencia una errónea intervención de los discípulos, pues se pusieron a debatir quién era el más importante entre ellos, sino que también manifiestan el exclusivismo de la continuidad de la obra de Jesús, prohibiendo a quienes también estarían obrando en el nombre de Jesús, solo porque no formaban parte de su grupo (“de los nuestros”). Hay muchas formas de apoyar la evangelización, no pretendiendo conformar un grupo cerrado, sino en apertura a la acción salvífica de Dios e incluso ofreciendo un vaso de agua a cualquiera de los mensajeros de la Buena Nueva. Es probable que este texto discuta el hecho de que se dieran actitudes de cierta discriminación, pues quienes habían sido llamados directamente por el Señor (así lo hubiesen justificado) empezaron a cuestionar a los nuevos líderes que iban surgiendo, cuestionados su legitimidad (casos de Esteban o del mismo Pablo). Esta actitud es peligrosa al interior de la comunidad porque puede generar el pecado del escándalo, que es sumamente condenado en este fragmento (es muy expresiva y clara la comparación de la piedra de molino atada al cuello). Si queremos ayudar convenientemente a la misión, es preciso cortar con cualquier resabio de escándalo para los hermanos pues de lo contrario tendremos que asumir las consecuencias de una mala gestión del liderazgo evangelizador.
Palabras duras pero valederas como advertencia para no apropiarse de un ministerio que se recibe con gratitud, pero se debe ejercer con seriedad. En tiempos de reforma eclesial, es preciso releer estas lecturas y ayudar a purificar la recta intención de nuestro corazón al asumir los ministerios y responsabilidades dentro de la comunidad cristiana. Es preciso desterrar cualquier exclusivismo, escándalo, aires de superioridad, que lo único que hace es convertir nuestro itinerario de fe en una organización propia de este mundo a la que el Señor no nos ha llamado a formar. Por supuesto, que la labor de la evangelización es seria y la Iglesia está llamada a intervenir cuando se tenga que preservar la doctrina, pero, debemos creer que el Espíritu Santo también puede infundir inspiraciones en los seres humanos, aunque estos no pertenezcan a nuestra comunidad eclesial. Dios sabe por dónde llevar adelante su anuncio salvífico; nuestra disponibilidad ayuda, pero no es la única forma por la que Dios ejerce su salvación, y en esto Dios muchas veces nos sorprende, y cuando pensemos que estemos haciendo algo grande, no te olvides que Él ya nos tomó la delantera en un nuevo proyecto. Por eso el salmista puede proclamar sin reservas y nosotros nos unimos a él con la invocación: “la ley del Señor es perfecta y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos”.