El evangelio de este domingo nos presenta al señor Jesús contándole una parábola por medio de la cual compara el reino de los cielos con un propietario de una viña, que necesita ser cosechada y para lo cual el propietario necesita contratar jornaleros.
El Señor Jesús utiliza la parábola para comparar la actitud del propietario y de los jornaleros con el reino de los cielos.
Lo primero que notamos es que el propietario sale a contratar a los jornaleros en diferentes horas del día, todos los jornaleros son necesarios para hacer la cosecha que es abundante.
El propietario acuerda el pago por la jornada de la mañana a la tarde con los jornaleros del inicio de la mañana y luego con los otros jornaleros de las diferentes horas del día los contrata bajo la promesa de pagarles lo debido.
Lo segundo que notamos es que todos los jornaleros luego de aceptar las condiciones del trato con el propietario se van a trabajar en la viña del propietario, para hacer la cosecha que es abundante. Todos cumplen con su labor desde que llegan al viñedo hasta la última hora.
Lo tercero que notamos es que acabada la jornada el propietario dispone que su capataz para que pague a todos los jornaleros con una peculiaridad, le pide que empiece a pagarles primero a los de la última hora que sorprendentemente reciben el mismo salario que el que reciben los de la primera hora.
Este comportamiento del propietario de hacer pagar a todos la misma cantidad causa protesta entre los de la primera hora pues viendo estos que a los de la última hora les habían pagado lo mismo que a ellos se creían con derecho a un pago mayor diferente al acordado al inicio del día.
Ante la protesta el propietario les hace notar que no les está haciendo ninguna injusticia ya que les estaba pagando según lo acordado.
Luego el propietario les llama la atención a los jornaleros de la primera hora sobre la pretensión que estos quieren tener al reclamar que a los últimos los haya tratado igual que ellos. Reclama libertad en sus asuntos, donde puede muy bien hacer lo que el quiere en sus asuntos, en este caso pagar a todos por igual, terminando por señalar que es la envidia la que los mueve al reclamar sin percatarse que al reclamar están expresando una pretensión que no les está permitida y es no dejar al propietario que sea generoso con los demás.
Podríamos intentar hacer un acercamiento a la enseñanza del señor Jesús.
El propietario es Dios, los jornaleros somos todos, la viña es el mundo que necesita del trabajo de todos.
Los diferentes horarios de contrato de los jornaleros, podría tratarse de la Antigua Alianza que correspondería a los contratados a la primera hora de la mañana y los otros horarios podrían tratarse de las diferentes etapas de la historia de la salvación hasta llegar a la Nueva Alianza.
El salario podría tratarse de la salvación y la vida eterna que se recibe al final del tiempo y que para recibirlas es necesario aceptar el contrato de ir a trabajar en la viña.

A la luz de esta enseñanza creo que lo que nos corresponde a nosotros es aceptar el contrato de ir a trabajar en la viña sea la hora que sea, pues bien se dice por ahí que Dios tiene un tiempo para cada uno, o recordando al sabio “hay tiempo para cada cosa…”
FELIZ INICIO DE LA ESTACIÓN DE LA PRIMAVERA PARA TODOS USTEDES MIS FAMILIARES Y AMISTADES.

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