Queridos amigos, reciban mi cordial saludo en este “Domingo día del Señor”, segundo, del llamado “tiempo ordinario”.
Dios los bendiga en sus familias y sientan su ternura de Padre.
Este domingo la Palabra de Dios, nos presenta distintos modos cómo Dios llama a personas para hacerlos partícipes de su proyecto de salvación, la obra de su perdón e intervención misericordiosa.
Como se dice en los primeros versículos del capítulo 3, de Samuel ( 1Sam.3,3-19), en un tiempo donde parecía que Dios no se manifestaba, permanecía encendida la “lámpara del Señor” (1Sam 3,3a). Y así Dios interviene llamando a Samuel y quedará como un profeta acreditado porque “el Señor estaba con él”. Hermoso texto del amor de Dios fiel a sus promesas. Y hermosa respuesta de Samuel a Dios: “habla, Señor, que tu siervo escucha”.
El salmo 39, hace oración con la antífona: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”
Dios nos conceda esta gracia, de poder responder así a Él.!!!.
La segunda lectura de San Pablo a los Corintios (1Co.6,13-20), nos recuerda que somos del Señor en alma y cuerpo, y que nuestra vida está unida a él por la gracia de su Espíritu: “somos para el Señor”.
El evangelio de Juan ( Jn.1,35-42) nos recuerda las primeras Vocaciones de los que van a ser discípulos y Apóstoles. La vocación es más una experiencia de vida con el Señor, que un sólo interés de conocer lo que piensa. La vocación es una respuesta a Dios para “quedarnos con él”.
Y esta experiencia es la que comparte a través de nuestro testimonio de vida.
Seguir a Jesús, pertenecer a Él marca el inicio de una nueva manera de vivir la fe.
Que Dios nos conceda la gracia de escuchar su llamado y tener la disponibilidad para decirle: ” aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”. Que esta oración sea la que nos acompañe el resto del año en curso.
Oh María, sin pecado concebida. Ruega por nosotros que recurrimos a ti.
Los tengo presentes en mi oración y misa.

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