Queridos amigos, reciban mi cordial saludo y más en este día del aniversario 203 de la proclamación de la independencia del Perú. Es motivo de oración, acción de gracias y esperanza. Feliz fiesta Patria!
Las lecturas de hoy nos motivan a reconocer la importancia del compartir, a partir del alimento, como el pan necesario para la vida.
En la primera lectura (2Re.4,43-44) el profeta Eliseo ordena compartir el pan de las primicias para saciar el hambre, desde la generosidad que parte de la confianza en Dios que es el Padre Providente, tal como leemos en la primera lectura. Dios es el que da el pan. Y todos comieron.
El salmo 144, es una oración de confianza en la providencia de Dios: “los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo; abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente.”
En la segunda lectura de la carta de San Pablo a los Efesios (Ef.4,1-6), es una llamada a vivir construyendo la unidad, por el vínculo de la paz, ” un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es la fe a la que ustedes han sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un solo Dios, y Padre de todos…”.
La fe, la esperanza, la caridad, se vive en Dios y se traduce en comunión con los demás. Creer en Dios, crea comunión entre los propios creyentes. Dios es origen de la comunión fraterna, de la unidad, paz, caridad mutua.
En el evangelio de Juan (Jn.6,1-15) iniciamos el hermoso capítulo del Pan de Cristo, Cristo es el verdadero pan que da la vida eterna. Jesús es el signo del pan de vida.
Así como Moisés intercedió por el alimento en el desierto y llegó el “maná”, ahora es el mismo Cristo quien da el alimento. Con él se produce un nuevo Éxodo.
El signo va expresado en las palabras: “tomó los panes, dijo la acción de gracias, y los repartió”.
Jesús nos enseña a “ver” la necesidad fraterna. Los discípulos miran soluciones humanas “lógicas”. Jesús les enseña a compartir con la generosidad de lo que se tiene para vivir como un don para dar alimento y vida a los demás. En el niño que ofrece su pan de cebada y pescados, está representados los nuevos discípulos de Cristo, los que siguen a Cristo y ponen su vida y pobreza a disposición del Señor. No se reservan nada para darlo todo por el bien de los demás.
Mientras recibe lo que le dan y mientras él reparte alcanza a todos y sobra.
Jesus es el servidor, el que da el Pan. Jesús huye de la tentación de ser aclamado como rey temporal.
Aprendamos a dar, dándonos nosotros mismos, al modo de ese pan que se comparte y da vida. Sirvamos a Dios con lo mejor que tenemos, seamos fraternos compartiendo.
Como les decía al inicio de este saludo dominical, hoy celebramos el aniversario patrio. !Viva el Perú!
Cuando se proclamó la independencia del Perú en 1821, se invocó el nombre de Dios, y ahora en el himno nacional también lo invocamos como un compromiso para construir la patria.
Que Dios nos bendiga y que en este camino entre “luces y sombras” de la historia, resplandezca nuestro compromiso para que la “luz” de la justicia, de la paz, el amor a la patria, disipen las “sombras” que dividen y cierran caminos para la convivencia armoniosa. Construyamos en el presente, buscando el bien del país, asegurando la esperanza de un Perú mejor.
Y cómo decimos al cantar el himno al Señor de los milagros “hagamos grande nuestro Perú”
Va mi saludo fraterno a todos y a los que están en el extranjero, a todos los que viniendo de otros países son peruanos de corazón, comparten compromisos y esperanzas por un Perú grande y próspero.
Dios nos bendiga.
¡viva el Perú!
Invoquemos el auxilio de la Santísima Virgen María como “nuestra Señora de la paz”.
Oh María sin pecado concebida.
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti. .
Los tengo en mi oración y cariño. Reciban mi abrazo fraterno en este aniversario Patrio.
P. Rubén Pedro Borda CM

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