En el ciclo B, los domingos se proclama el Evangelio según San Marcos, hasta que llegamos al domingo XXVII en que se deja de proclamar el Evangelio según San Marcos durante cinco domingos, para proclamar el capítulo 6 del Evangelio según San Juan, salvo el pasaje donde el señor Jesús camina sobre el agua.
El Evangelio de este domingo nos presenta al Señor Jesús, yendo a la otra orilla del lago de Galilea donde le sigue un gentío porque veía las señales que hacía, la última había hecho era hacer caminar al enfermo a quien le dijo que tomase su camilla y caminase.
La fiesta de la pascua, fiesta de los judíos, estaba cerca, y el Señor al ver aquel gentío que acudía a Él, le preguntó a Felipe “¿Dónde compraremos pan para darles de comer? Felipe hace los cálculos y le responde al Señor Jesús, que aunque se comprase pan por valor de doscientos denarios no alcanzaría para darle de comer un pedazo de pan a cada uno.
Interviene otro de los discípulos llamado Andrés diciendo al Señor que hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces. Aunque al igual que Felipe reconoce que eso no alcanza para tantos. Tal parece estos discípulos habían olvidado lo que sucedió en tiempos del profeta Eliseo cuando de los 20 panes de las primicias que fueron ofrecidos al profeta, comieron cien personas porque el profeta recordó la palabra del señor que había dicho “comerán y se saciarán” lo que los discípulos habían olvidado, tal parece que la gente si lo recordaba al decir “ Éste sí que es el profeta que tenía que venir al mundo” de la persona del señor Jesús.
Se podría decir que el Señor Jesús aparece en este pasaje del Evangelio como el que sacia, no solo el hambre de la Palabra de Dios, sino también que sacia, el hambre de pan material.

Descubrimos que para saciar el hambre de la muchedumbre el Señor Jesús cuenta con la ayuda de los demás; para saciar el hambre de la Palabra de Dios contó con la ayuda del Grupo de los Doce a los que envío de dos en dos y para saciar el hambre de pan material también cuenta con la ayuda de Andrés y la de un niño que tiene cinco panes y dos peces, de la muchedumbre y de los Doce.

De Andrés, hermano de Simón Pedro que avisa al Señor que había un niño con cinco panes y dos peces. La importancia de avisar donde hay alimentos para poder recurrir y de esa manera poder saciar el hambre es algo que todos podemos hacer.

De el niño que tiene los cinco panes y dos peces, que si nos ponemos a pensar es bastante alimento para un solo niño, quiero pensar que era un niño que aprovechando la aglomeración de la gente intenta vender pan y peces para que la gente tenga algo que comer, aunque el evangelio no lo dice asumimos que el niño escuchando la conversación que sostienen el Señor Jesús y Felipe ofrece de manera voluntaria al Señor Jesús todo lo que tiene y que es aceptado por el Señor Jesús ya que termina bendiciendo los panes de cebada y los pescados antes de repartirlos.

De la muchedumbre que, ante el pedido del Señor Jesús, y que fue transmitido por los Doce, se sentaron en aquel lugar donde se encontraban y que el evangelista nos hace saber que había mucha hierba. En este detalle descubrimos que la gente que compone aquella muchedumbre está dispuesta a obedecer lo que el Señor Jesús les pida hacer y por eso se sentaron y así Él les pudo repartir aquellos panes y pescados después de decir la acción de gracias.

El grupo de los doce que ayudan al Señor Jesús para que el pan material que se ha repartido y que ha llegado a todos no se desperdicie, sino que lo recogen a pedido del Señor Jesús, para que sirva de alimento para aquellos que lleguen después, porque “siempre tendrán pobre entre ustedes…” que importante es saber administrar y usar bien de los bienes que se nos dan.

PARA TODOS USTEDES DESDE AQUÍ UN GRAN ABRAZO Y VAYA MI DESEO DE QUE DISFRUTEN DE UNAS LINDAS FIESTAS PATRIAS.

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