Este domingo el evangelio nos presenta al Señor Jesús yendo hacia su pueblo, Nazaret luego de haber cruzado primero a la otra orilla y luego volviendo a la orilla de donde partió, este constante ir de pueblo en pueblo es para cumplir con la misión recibida de su Padre de anunciar a todos los pueblos el Evangelio de la salvación, llegado a su pueblo aprovecha que los días sábados la comunidad se reúne en las sinagogas para poder enseñar y la gente que lo escucha reconoce que enseña de una manera diferente a la enseñanza de los fariseos.

Ahora que el Señor Jesús visita su pueblo Nazaret, en compañía de sus discípulos, llegado el día sábado va a la sinagoga donde se puso a enseñar, y esta enseñanza despertó el asombro entre sus paisanos quienes lo recuerdan como el hijo del carpintero José, que su madre se llamaba María y también recuerdan a sus hermanos y hermanas, por eso su asombro ante lo que escuchaban iba en aumento cada vez más.

Su enseñanza a parte de causar asombro entre sus paisanos, también despierta la curiosidad en ellos y se preguntan de dónde saca todo lo que les enseña, lo cual lo hace con sabiduría. No comprenden quién le ha podido enseñar cosas tan lindas y buenas. Y al no comprender de donde le venía tanta sabiduría se escandalizan porque no saben delante de quien estan.

Ante este la falta de fe de sus paisanos, el Señor Jesús no pudo hacer allí ningún milagro, porque sus paisanos no tienen fe, como la fe de JAIRO, el jefe de la sinagoga, a quien el Señor Jesús le pide que no tema, pero sí que tenga fe, para que suceda en favor de su hija lo que con tanta confianza le había pedido o como la fe de la MUJER HEMORROISA que sufría de flujos de sangre, desde hacía doce años, pero que se acerca al señor convencida de que si tocaba el manto del Señor se iba a sanar, y justamente cuando logra tocarlo sucede como lo había pensado por lo que después de confesarle todo al Señor Jesús, este alaba su fe diciéndole “mujer tu fe te ha sanado, vete en paz y con salud”.

Por lo que nos muestra el relato evangélico, podemos deducir que no basta saber sobre el Señor Jesús y su ascendencia para tener fe en Él, ya que es necesario confiar y creer que Él es capaz de realizar aquello que la gente va hablando de Él por los pueblos y que va despertando el interés en seguirlo, algunos por curiosidad otros porque reconocen en los gestos, palabras y milagros el cumplimiento de la promesa hecha por Dios a su pueblo por medio de sus profetas antiguamente.

A la luz de este evangelio solo nos queda pedirle al Señor, nuestro Dios, que el conocimiento que vamos adquiriendo acerca de la persona de su enviado, su Hijo muy amado, no nos vuelva incrédulos sino más bien que este mismo conocimiento nos sirva para afianzar nuestra fe en el Señor Jesús y su misión…

Y A LOS MAESTROS DESEARLES QUE HAYAN PASADO UN BONITO DÍA Y QUE RECIBAN EL RECONOCIMIENTO Y RESPETO DEBIDO, POR TAN GRANDE MISIÓN DE COLABORAR EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS, ADOLESCENTES Y JOVENES…
NOSOTROS SIGAMOS FESTEJANDO NUESTRO MES PATRIO Y ORANDO POR LA UNIDAD DE TODOS LOS PERUANOS.

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