El evangelio de este domingo X del tiempo ordinario del ciclo B, nos presenta al señor Jesús después de haber elegido a los Doce, llegando a casa con sus discípulos, pues el llamado es para que estén con Él y le acompañen en le realización de su misión recibida de su Padre que es anunciar el evangelio de la salvación para que los que lo escuchen crean y creyendo alcancen la salvación.
Junto con los que el Señor ha llamado también hay una multitud que le sigue y es tal el alboroto que se arma por la alegría de saber que hay uno entre ellos que actúa en Nombre de Dios y es capaz de liberar a los oprimidos por el demonio y sanar a los enfermos de sus dolencias. Como no alegrarse si Dios se ha acercado a ellos y actúa en su favor cuando durante mucho tiempo les habían hecho creer que Dios los había olvidado.
Esta situación que esta desencadenando la actuación del Señor hace que algunos crean que esta fuera de sí, que está loco, que los lleva a decir que esta fuera de sí y por eso su familia viene a llevárselo.
Otros al ver la actuación del Señor se atreven a asegurar que expulsa los demonios con el poder de del jefe de los demonios pero el Señor Jesús les ayuda a razonar para que caigan en cuenta que su actuar es en nombre de aquel que lo ha enviado, y terminar haciéndoles saber que si blasfeman contra el Espíritu Santo no tendrán perdón sino que cargaran con su pecado para siempre y como para que no quede duda indica en que consiste esa blasfemia contra el Espíritu Santo: “se refería a los que decían que tenía, un espíritu inmundo, es decir no reconocer en su actuar en favor de los pobres y enfermos el actuar de Dios que cuidad de las viudas, los huérfanos; defiende a los ´pobres y protege al forastero.
Termina el relato haciéndonos saber que llegaron su madre y sus hermanos y lo mandaron llamar, ocasión que aprovecha el Señor para hacer una nueva enseñanza sobre quienes son su madre y sus hermanos, son los que cumplen la voluntad de Dios. Así de esta manera quienes lo escuchan, aquellos que le han seguido hasta la casa, saben ahora algo que otros le negaban, es más les habían hecho sentir que eran rechazados por Dios, también ellos pueden ser hijos de Dios porque Él los ama como sus hijos, y los hijos hacen lo que su Padre les pide.
UN FELIZ FIN DE SEMANA PARA TODOS USTEDES HERMANOS Y HERMANAS, QUE LA PRESENCIA DEL SEÑOR EN MEDIO DE NOSOTROS NOS SIGA ANIMANDO A SEGUIRLE Y ESCUCHARLE PARA IR APRENDIENDO COMO DEBEMOS VIVIR LOS QUE QUEREMOS SER CONSIDERADOS MADRES Y HERMANOS DEL SEÑOR…