Celebramos el primer domingo de Cuaresma junto con toda la Iglesia y el evangelio que corresponde a este día nos trae el relato donde lo primero que se nos hace saber es que “el Espíritu empujó a Jesús al desierto” pero que significa este primer dato que nos trae el relato del evangelio. Si recordamos el pasaje evangélico del bautismo del Señor recordaremos que una vez bautizado por Juan en el Jordán “se oyó una voz del cielo que dijo: Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto” entonces podemos comprender que el bautizado se deje guiar por el Espíritu y el Espíritu lo condujo, lo guío, lo llevo, por el camino que lleva al desierto y “se quedó en el desierto cuarenta días” y es que el desierto es tiempo de aprendizaje, pues como sabemos el pueblo rescatado de la esclavitud en Egipto camino durante cuarenta años por el desierto aprendiendo a obedecer, servir y  adorar al único Dios verdadero, aquel que los había liberado. Es en el quehacer del cada día que se van presentando las tentaciones que invitan a no obedecer, a no servir, a no adorar, de allí que leemos en el evangelio que “dejándose tentar por Satanás” el Señor Jesús vivía entre Alimañas, podemos aprovechar este momento para decir que el problema no son las tentaciones sino las decisiones que tomamos a partir de esa experiencia, y por lo que se nos hace saber en los relatos de los otros evangelios sinópticos el Señor Jesús frente a las tentaciones propuestas por Satanás el decide permanecer obediente a su Padre es decir decide obedecerle, servirle y adorarlo solamente a Él único Dios verdadero. Y por eso era servido por los ángeles durante todo el tiempo que estuvo en el desierto, es decir Dios no lo abandono a su suerte, sino que cuido de él como cuida de cada uno de nosotros. 

Tal como inicia su evangelio San Marcos tomando las palabras del profeta Isaías “mira que yo envío por delante a mi mensajero para que te prepare el camino. Una voz que grita en el desierto: preparen el camino al señor, enderecen sus senderos” y según anunciaba Juan “Detrás de mi viene uno con más autoridad que yo…” ahora el evangelista nos hace saber que “Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea, y marcha a Galilea para dar inicio a su “ministerio público” proclamando el Evangelio de Dios (la Buena Noticia de Dios, y para entender mejor es bueno recordar que las buenas noticias provocan alegría en quienes la reciben) y ese anuncio hace saber que “Se ha cumplido el plazo”, podemos preguntarnos qué plazo es el que se ha cumplido, por el desarrollo del evangelio podemos decir que el plazo que se ha cumplido es aquel en que “no tienen necesidad del médico los sanos (los que se consideran buenos), sino los enfermos (aquellos que se sienten abandonados de Dios, de tanto que los otros les han repetido que Dios no se interesa de ellos por estilo de vida que llevan).  

“Se ha cumplido el plazo”, se ha cumplido el tiempo en que Dios envía a su Hijo a llamar a los pecadores para hacerles saber que también a ellos los ama, aunque les hayan hecho creer lo contrario.   

“Está cerca el reino de Dios”, está cerca el tiempo en que nuevamente todos vamos a conocer de primera mano que es lo que el rey hace en favor de todos, todos sabrán como cuida el rey de los suyos. 

“Arrepiéntanse y crean en la Buena Noticia” y esta invitación al arrepentimiento tiene que ver mucho con haber dejado de creer en la Buena Noticia, aquella que llena los corazones de alegría al recibirla ya que nos recuerda que Dios es nuestro Padre, Que Él nos ama por ser nosotros sus hijos, con un amor gratuito, antes que nosotros le amemos, Él nos ama primero. Buena Noticia que nos recuerda que antes que nosotros se lo pidamos, Él nos quiere salvar y para ello a enviado a su Hijo Querido, su predilecto.  

QUE AL INICIO DE ESTA CUARESMA SEA PARA NOSOTROS TAMBIÉN TIEMPO PROPICIO PARA DARNOS CUENTA QUE SE HA CUMPLIDO EL TIEMPO, QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA Y ARREPINTIENDONOS CREAMOS EN LA BUENA NOTICIA (EVANGELIO). 

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