El mes de octubre, a nivel de la Iglesia universal, está dedicado a la animación del espíritu misionero entre sus miembros y una manera de vivir esta animación cada semana del mes se invita a realizar acciones concretas por las misiones y los misioneros, es por eso que siguiendo esta práctica este tercer domingo somos invitados todos a manifestar nuestra solidaridad misionera en favor de “los hombres y mujeres, destinatarios del primer anuncio y con los misioneros”. En otros años todas las colectas de las Santas Eucaristías eran destinadas para este fin, se realizaba la colecta pública del DOMUND y se celebraba el día de la Jornada Mundial de las Misiones. Pero este año se nos presenta diferente por la presencia del covid19, lo que nos lleva a ser creativos para seguir colaborando con el sostenimiento de las misiones para lo cual podemos hacer llegar nuestra colaboración económica a las oficinas parroquiales para que luego desde allí se envíe lo recaudado a las Obras Misionales Pontificias.
El evangelio de este domingo nos presenta a los fariseos en retirada, pero no para hacer una valoración de su manera de vivir su fe en el Dios viviente, y poder acomodarla a su voluntad, en vez de eso se retiran para ponerse de acuerdo, para confabularse en contra del Señor Jesús. En vista que en el ámbito religioso el Señor Jesús a sentado su autoridad y no se le puede hacer caer en la trampa, es que la pregunta que le hacen los enviados de los fariseos gira en torno a la obediencia de la ley civil, en este caso es sobre la obligación de pagar el impuesto al César que en ese entonces ha impuesto su autoridad en todos los territorios conquistados y que ahora forman parte de su gran imperio, ¿se debe pagar o no se debe pagar? La trampa está en qué si dice que no se debe pagar, se le puede acusar de subversivo, que incita al pueblo que no cumpla con la ley impuesta por el conquistador que consiste en pagar impuestos; pero si dice que si se debe pagar los impuestos al conquistador entonces se le puede acusar de ser colaboracionista con el poder del conquistador, se le puede acusar como traidor a su pueblo.
El Señor Jesús resuelve la trampa tendida a través de la pregunta de si se debe pagar o no el impuesto, pidiendo que le muestren la moneda del impuesto y cuando le muestran el denario les pregunta ahora Él a los mensajeros “¿De quién son esta cara y esta inscripción?” y ante la respuesta dada que el rostro e inscripción son “Del César” entonces el señor Jesús les termina diciendo que le paguen al César lo que es del César. Es como decirles si ustedes tienen monedas del imperio es porque hacen negocio con él, es por qué están de acuerdo con los conquistadores, así que deben pagar los impuestos. Pero la cosa no queda ahí ya que el Señor Jesús reclama que se le dé a Dios lo que es de Dios, en pocas palabras les está diciendo que como miembros del Pueblo de la Alianza deben guardar la Alianza con el señor que los lleva no tener otro Dios fuera de Él, que sus mandamientos deben ser cumplidos como muestra de que están cumpliendo la Alianza, el Señor será su Dios y ellos serán su pueblo.
A propósito de la pregunta del Señor Jesús “¿de quién son esta cara y esta inscripción?” me he recordado un vídeo donde conversan un católico y un hermano de otro credo, este último esta que habla sobre las imágenes que no se deben tener, en eso el católico le pregunta si es que tiene algún billete en el bolsillo a lo que responde que sí, entonces el católico le pide que por favor le permita ver el billete que era uno de 200 soles, y luego de revisarlo le dice a su interlocutor “ya que no te es permitido tener imágenes, como este billete tiene la imagen de Santa Rosa de Lima, para ayudarte a cumplir con tu prédica me lo voy a quedar para que no caigas en pecado y el hermano del otro credo le dice que no es posible porque ese billete es el diezmo que está llevando para entregar a su pastor.
PARA TODOS USTEDES PIDO AL SEÑOR JESÚS, A QUIÉN EN ESTE MES DE OCTUBRE LO LLAMAMOS “SEÑOR DE LOS MILAGROS”, QUE SIGA ANIMANDO NUESTRO COMPROMISO MISIONERO Y YA QUE NO TODOS PODEMOS IR AL MUNDO ENTERO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO QUE ACEPTE NUESTRA OFRENDA SOLIDARIA CON LOS MISIONEROS Y QUIENES HABITAN TIERRAS DE MISIÓN COMO UNA MANERA DE CUMPLIR EL MANDATO QUE Él HA DADO Y QUE HEMOS RECIBIDO TODOS SUS DISCÍPULOS QUE FORMAMOS LA IGLESIA Y CUYA NATURALEZA ES SER MISIONERA.

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