Empieza este primer domingo de Cuaresma con el evangelio donde aparece el Señor Jesús llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. El pasaje es continuación al bautismo que Juan el Bautista practicó en las aguas del río Jordán en favor del Señor Jesús y cuando este salía de las aguas, vio como descendía sobre Él, en forma de paloma, el Espíritu que luego es quien lo guiará en todo su ministerio público donde se dedica a anunciar a todos, el evangelio de la salvación y el amor misericordioso de Dios en favor de todos pero que ahora es quien lo guía hacia el desierto para dejar en claro que para Él lo principal y primero es tener siempre presente la voluntad de Dios y realizarla por sobre todo y cuidarse de no hacer cosas que busquen hacerle quedar bien a Él en lo personal y que solo debe buscar la gloria de Dios en todo.
El relato nos hace saber que el tentador se acerca al Señor Jesús cuando “al fin sintió hambre” es decir cuando tiene necesidad de alimentarse y es ahí que el tentador valiéndose de esta necesidad que le propone que convierta las piedras en panes como una manera de demostrar que es “el Hijo de Dios” y ante la negativa del Señor de hacer lo que se le propone el tentador le hace otra propuesta que igualmente estaría orientada a demostrar que es “el Hijo de Dios” y ante la nueva negativa del Señor Jesús el tentador le hace una nueva propuesta que en esta ocasión ya no está en la perspectiva de demostrar que es “el Hijo de Dios” sino que en esta ocasión apunta a que el Señor se someta al tentador postrándose y adorándole y para conseguir tal objetivo le promete entregarle “los reinos del mundo y su gloria”.
Luego de escuchar esta parte del relato si algo puede aprender uno es que la tentación siempre va a estar presente en nuestra vida de creyentes pero que también nos acompaña el Espíritu Santo que hemos recibido el día de nuestro bautismo y que se nos dio como el nuevo defensor frente a las propuestas que el tentador también nos va haciendo a lo largo de la vida y que nos recordará todo lo que el Señor nos ha enseñado de parte del Padre y de esta manera también nosotros estamos capacitados para hacer frente al tentador y para no caer en sus propuestas lo que debemos hacer es tener presente y en todo momento que debemos hacer la voluntad de Dios. Porque es bueno prestar atención a la última parte del Evangelio donde se nos hace saber que el tentador lo dejo sin poder quebrantar la voluntad del Señor de solo a Dios se debe servir y adorar.