Fieles al Único Pastor
¿Saben cuánto marca el amor de Dios en la vida de la persona? Mucho!!! Tanto así que se nota en su diario vivir. Alegría, paz, ganas de vivir y de anunciar la Palabra de Dios, son algunos de los tantos frutos de nuestra cercanía a Dios o la apertura hacia Él, que todo lo puede y todo lo hace bien.
Así lo entendieron Pablo y Bernabé: “Muchos judíos y algunos que se habían convertido al judaísmo, siguieron a Pablo y a Bernabé, estos conversaban con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios” (Hch.13,4.43-52). Los perseguían, se mantenían fieles a Dios; los insultaban, vivían felices por hablar de Dios a los demás, etc. Se alegraban de saberse amados por su pastor, gozaban de llenarse del Espíritu Santo para darlo a los demás. Mucha gente recibía el mensaje de la Salvación, y ellos daban gloria a Dios por eso.
Hay mucha gente hoy en día, que camina como si Dios no existiera, como si fuera un barco sin brújula, o un auto sin motor, y según Jesús: “como ovejas que no tienen pastor” (Mt.9,36).
Los que están de pie, los de vestidura blanca, los que tienen palmas en las manos según el Apocalipsis (7,9.14b-17), son los que reconocen al que da la vida por ellos y en quien pueden poner su confianza, al que les da paz y esperanza. Ese es Jesús.
Qué bueno es reconocer en nuestra vida, que quien da sentido a todo es Jesús (cf.Jn.15,5; Filp.1,21). Es capaz de curar nuestras heridas, salvarnos de todo peligro y de enjugar nuestras lágrimas, recibiendo con ello, el consuelo que necesitamos.
¿Te fías de Dios?, ¿sabes que puedes acudir a Él con confianza?
ESCUCHAR, CONOCER, SEGUIR. Son verbos que aparecen en el evangelio de hoy (Jn.10,27-30) que caracterizan a las ovejas que siguen al Pastor.
Si escucho “su voz” (en un acontecimiento, persona, circunstancia), puedo acudir a Él, porque sé bien que nada me puede faltar (Sal.23,1) y me siento seguro y firme a su lado. El pastor conoce su oveja, y la oveja conoce a su pastor; yo puedo identificar a Dios en mi vida y por eso no dejo de invocar su nombre, ya que es salvación (Hch.2,21), no acudo a otro “salvador” o a “otro pastor” porque puedo perder el rumbo de mi vida. Habiendo escuchado su voz e identificado a mi pastor, entonces puedo seguirle con seguridad, porque no me va a fallar, ya que Él mi Luz y mi Salvación, la defensa de mi vida (Sal.26,1).
Sólo que habrá que tener mucho cuidado, ya que: existen muchos salvadores, que ofrecen “salvaciones” baratas o superfluas; existen ofertas de salvación que manipulan la vida de los demás; existen pastores que pueden confundir hasta la fe misma. Dios advierte eso: “no hay otro dios fuera de mí” (Is.45,5). Jesús advierte: “El ladrón viene a robar, a matar y a destruir, y sepan que YO he venido a dar vida y vida en abundancia” (Jn.10,10).
Hoy es el día del buen pastor. Jesús lo es por excelencia. En Él está depositada nuestra esperanza, Él no nos falla, siempre permanece fiel.
Estamos llamados a ser fieles al Único Pastor!!!
Con mi bendició