Queridos hermanos, estamos en un tiempo de gracia, gracia que se ve manifestada en las acciones del Señor. El Señor ha llamado a sus primeros seguidores, para emprender con ellos una convivencia, en la cual, paso a paso irán descubriendo las exigencias del seguimiento del Señor.
Sin duda es un domingo totalmente distinto a los demás, ya que, todos queremos ser interpelados e impulsados a seguir caminando de la mano del Señor. Un gran mensajero de Dios, el vicario de Cristo, está con nosotros, para animarnos a que unidos construyamos un Perú lleno de esperanza, comprometiéndonos a que las ilusiones se hagan realidad.
No podemos seguir viviendo con mentiras, conviviendo con la corrupción, siendo participes de la injusticia de nuestro pueblo. Es hora de que como discípulos del Señor, hagamos vida lo que el Papa Francisco nos dejara, fruto de esta visita pastoral. Vemos en él un hombre de paz, que nos trae la paz. Seamos hermanos constructores de paz y de esperanza.
Vengan conmigo, son las palabras del Señor. Que gran invitación ir con el Señor, caminar con él, estar con él, ser como él, vivir con él, sentir como él. Queridos hermanos muchas veces vamos tras de otros, porque nos ofrecen mejores caminos, llenos de ilusiones, llenos de fracasos, somos ovejas que seguimos a un pastor que en el corazón es lobo, el lobo de la maldad, el lobo de la ambición, el lobo del desamor.
Esta invitación inicial, es para aquellos que van dejándolo todo y siguen arriesgando, son los discípulos iniciales del Señor. Pues la invitación es también para nosotros, estamos llamados a ser discípulos y misioneros, que salgamos a cumplir lo que sigue a continuación de la frase: los haré pescadores de hombres, no parece ser una tarea nada fácil. En este tiempo ponernos en ese trabajo parece una vía imposible de lograrlo. Pero no es necesario hacer mayores cosas, podemos empezar siendo auténticos cristianos, siendo coherentes en nuestra forma de ser y de vivir, y solo así, mediante el testimonio de nuestra fe, podremos contagiar a otros este ser seguidores de Cristo.
Hermanos, que estos días sean verdaderamente, motivos para seguir construyendo paz, días que nos conectemos todos, para que, unidos por la esperanza, caminemos de la mano de Cristo, para que podamos hacer de nuestra patria una mesa donde todos podamos compartir la fracción del pan y que esto nos permitirá permanecer unidos, para construir un mundo mejor, feliz y lleno de vida.
El compromiso de esta semana será mirar y proponernos cómo hacer vida el mensaje que nos traerá el Papa Francisco.