Cerramos el Año Viejo con broche de oro, pues es domingo y fiesta de la Sagrada Familia. A diferencia de Mateo (2, 1-23), el evangelista Lucas (22-40) presenta a la Sagrada Familia en el templo, en cumplimiento de una Ley, que a ellos no les obligaba. Y escuchando maravillados las cosas buenas y malas que los ancianos Simeón y Ana dijeron sobre el niño. Luego presenta a José y María regresando a Nazareth y creando en casa todas las condiciones para que el niño crezca sano, sabio y santo. Lo que va en negrita habla del estilo de vida y de algunas de las virtudes destacables en la Sagrada Familia, para que nuestras familias lo imiten.
Para que imiten sobre todo su modo de ser familia, que es reflejo de la Familia de Dios Trinidad y modelo de la familia humana (la tuya y la mía). Estos tres elementos, sobre todo, que los “modernistas” están empeñados en eliminar, aunque forman parte de la naturaleza misma de toda familia, 1. El matrimonio hombre-mujer, 2. Su voluntad de tener hijos, y 3. La relación de amor, respeto y ayuda entre padres e hijos. Solo las familias que cumplen estas tres condiciones pueden cumplir el plan de Dios para el mundo y de supervivencia de la especie humana. La fiesta de la Sagrada Familia en este Fin de Año, es una invitación a entrar al Año Nuevo con una familia renovada, dejando atrás los errores y fallas del pasado,
Evangelio del lunes 1º, Año Nuevo y Fiesta de santa María Madre de Dios.
El evangelio de la misa de hoy (Lc 2, 16-21) contiene las dos primeras presentaciones que Lucas hace de la Sagrada Familia, pero en esta ocasión lo que la iglesia destaca es la figura de María, a quien celebra como la Madre de Dios. Lo interesante es que la celebre como solemnidad -(lo máximo en la liturgia)- y abriendo el Año Nuevo, cuando celebramos también la octava de Navidad y el Día Mundial de la Paz. No hay duda: la Iglesia pone el Nuevo Año y la Paz del Mundo bajo el amparo de María Madre de Dios. Porque si Dios confió su único y querido Hijo a María, bien podemos nosotros confiarle el Nuevo Año y la Paz, que son todo lo que tenemos y lo que más queremos. La Madre estará con nosotros cada día del 2018.
Año Nuevo Vida Nueva, solemos decir, pero que sea, como pide el Papa Francisco en su Mensaje para la Jornada de la Paz 2018: desde la No Violencia Activa. Que la No Violencia Activa se convierta en el nuevo estilo de vida para todos: naciones, gobiernos, sociedades, familias, personas.. Pues es la manera más eficaz de conseguir y vivir una paz duradera y fecunda. María, madre del Príncipe de la Paz, está deseosa de ayudarnos.