Este domingo podemos encontrar varios puntos de enseñanza a partir del actuar del Señor Jesús según nos presenta el texto del evangelio que se nos proclama.
Lo primero que nos hace saber el evangelio es que el Señor Jesús como miembro del pueblo judío, también cumple la ley en lo relativo al CULTO, ya que se nos dice que salía de la sinagoga, lugar del culto donde los habitantes se reúnen los sábados, día del Señor, para escuchar la PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS, después de lo cual reciben una enseñanza sobre la lectura que habían escuchado proclamar.
También la sinagoga era el lugar de la ORACIÓN EN COMÚN de la comunidad como también era el lugar para ofrecer sus ofrendas a Dios cuando no se iba al templo en Jerusalén.
También se nos hace saber que el Señor Jesús se levantaba de madrugada para ir a orar en descampado, es decir para hacer la ORACIÓN PERSONAL, como escuchamos o leemos casi al final del relato del pasaje del evangelio que se nos propone para este domingo. Aquella oración de la que decimos es una conversación entre dos, conversación que se lleva en la más absoluta intimidad entre el amado y el amante, donde uno, el amante, habla y el otro, el amado, escucha, para luego el amado hablar seguro que el amante ahora escucha con atención lo que su amado le dice. Allí está el secreto de esta búsqueda para estar a solas en la oración personal.
Podemos aprender del actuar del Señor Jesús que se puede hacer el bien de manera particular, como el hecho de curar a la suegra de Simón de aquella fiebre que tenía, o hacer el bien de manera comunitaria, como lo hace al curar muchos enfermos y expulsar muchos demonios. En el relato se señala que al atardecer le llevaron a su presencia a los enfermos, este dato nos hace conocer que aquellas personas respetaban el sábado, día del Señor.
Podemos aprender del señor Jesús a escuchar lo que los demás tenga que decir y de esa manera enterarnos de sus necesidades y poder hacer algo para remediar la situación expuesta, como cuando el Señor Jesús llega a la casa de simón y Andrés y le cuentan que la suegra de simón está enferma con fiebre, o como cuando la gente lleva al anochecer a sus enfermos y endemoniados y el Señor Jesús supo escuchar aquella suplica callada pero comprensible por el gesto de confianza que mostraban al traer sus enfermos y endemoniados y el Señor Jesús comprendió que le pedían que curase a sus enfermos y liberase a los endemoniados.
Algo más que podemos aprender del actuar del señor Jesús es a tener muy clara la misión y la urgencia de realizarla como cuando al amanecer Simón y compañeros salen a buscarlo para hacerle saber que la gente lo anda buscando, buscando para tal vez pedirle que se quede con ellos y Él en vez de quedarse allí les hace saber a sus discípulos que deben ir a las aldeas cercanas para predicar allí, “Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido”.
Y es así que recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
A la luz de todo este aprendizaje, a nosotros nos queda la tarea de seguir al señor donde Él quiera ir, pues para eso nos ha ido llamando para que seamos sus seguidores y aprender con Él, para ser luego testigos de su enseñanza, de su actuar y de esta manera poder dar testimonio de Él.
Para después cuando Él nos mande podamos hablar en su nombre y seamos capaces de anunciar Buenas Noticias (Evangelio) que puedan provocar alegría en aquellos que las escuchen.