LECTIO DIVINA – CORPUS CHRISTI
COMIERON TODOS HASTA QUEDAR SACIADOS
LA PALABRA HOY: Génesis 14,18-20; Salmo 109; 1 Corintios 11,23-26; Lucas 9,11-17
Ambientación: Un pan grande, rodeado de fotografías que expresen carencias actuales de la sociedad. Frase: Denle ustedes de comer
Cantos sugeridos: En su mesa hay amor; Cantemos al amor de los amores
AMBIENTACIÓN:
Nuestro Dios se caracteriza por ser un Dios generoso y disponible, cercano y amigo, que busca acompañarnos en nuestra vida hacia Él. De ahí, que de los muchos dones y gracias que Él nos ha dejado, el más grande, el más sublime, el más significativo de todos, es la Eucaristía. En ella Jesús se ha quedado en cuerpo y alma, y se nos entrega, como una ofrenda, con un don, como gracia para ser para nosotros, alimento de vida eterna.
Oración inicial
Señor Jesús, Tú que te has quedado
Tú todo, hombre y Dios verdadero
en las especies de pan y vino,
dándonos tu Cuerpo y Sangre
como alimento de vida eterna,
abre nuestro corazón
y nuestro entendimiento
para darnos cuenta de la dimensión
de tu amor y de tu presencia viva
en la Eucaristía,
para que buscándote te encontremos,
encontrándote Tú nos transformes,
transformándonos vivamos más unidos a ti,
siendo Tú todo para nosotros
viviendo nosotros en ti y por ti,
estando Tú en nosotros
y nosotros en ti.
Que así sea.
LECTIO ¿Qué dice el texto? Lucas 9, 11-17
Motivación: Jesús hace de la comida con la multitud el escenario privilegiado de una enseñanza fundamental para sus seguidores. El relato, envuelto en un rico simbolismo, ha sido interpretado desde siempre por la Iglesia como una prefiguración de la Eucaristía. Escuchemos.
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar a la multitud del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle:
– Despide a la gente; que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado.
Él les contestó: Denles ustedes de comer.
Ellos replicaron: – No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente.
Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos: Háganlos sentar en grupos de alrededor de cincuenta.
Lo hicieron así, y todos se sentaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.
Preguntas para la lectura:
- ¿Qué acciones realiza Jesús a favor de la multitud?
- ¿Quién ocupa el centro del relato? ¿Qué gestos hace? ¿A qué celebración cristiana te recuerdan estos gestos?
- ¿Quién distribuye el pan? ¿Cuál es el papel de los discípulos en este pasaje?
- Según el pasaje, ¿puede saciarse el hambre de la gente?
MEDITATIO ¿Qué ME dice el texto?
Motivación: El relato de la distribución del pan no puede ser sólo cosa del pasado, sin relación con el presente. La gente continúa teniendo hambre. Jesús sigue presentándose como el pan que sacia y pide a sus discípulos que actuemos como intermediarios y servidores. Las tradiciones populares del Corpus no deben hacer que nos desentendamos del profundo compromiso cristiano que implica celebrar esta fiesta.
- A la luz del pasaje evangélico de hoy, ¿qué significa para ti celebrar la eucaristía y “comulgar” en ella con Jesucristo?
- ¿Qué gestos o palabras del pasaje de hoy te han interpelado? ¿Hasta qué punto te sientes llamado a integrarlos en tu vida de cada día?
- “Comieron todos hasta quedar saciados”. La celebración coherente de la eucaristía, ¿puede hacernos soñar un mundo en el que queden saciadas todas las hambres? ¿Por qué?
ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Es el momento de presentarnos personalmente ante Jesús y abrir, en su presencia, nuestras manos. Queremos responder a su invitación de ofrecer comida gratuita y sobreabundante a todo el mundo, pero necesitamos su ayuda.
- Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada. Salmo 109
CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Para San Vicente, la Eucaristía es el testamento del Señor a su Iglesia. Es el último signo de su amor, la fuente de donde brota la perenne vida de la Iglesia. A una Hija de la Caridad le dice:
“Cuando instituyó el santo Sacramento, dijo a sus apóstoles: he deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes. Pues bien, como el Hijo de Dios, que en la santa Eucaristía se da a sí mismo, lo deseó con un deseo tan ardiente, ¿no es justo que el alma que desee recibir este soberano bien, lo desee con todo corazón?
Lo que les dijo a sus apóstoles, estén seguras, hijas mías, que se lo dice también a cada una de ustedes. Por eso hay que procurar excitar su deseo con algún buen pensamiento. Deseas venir a mí, Señor mío; ¿y quién soy yo? Pero yo, Dios mío, deseo con todo mi corazón ir a ti, porque eres mi soberano bien y mi fin último. (IX,312)
- Compromiso: “Denles ustedes de comer”: ¿Qué podemos hacer para que nuestras eucaristías nos impliquen y comprometan más?
Oración final
En tu entrega por nosotros,
te das en alimento verdadero,
en tu cuerpo y en tu sangre,
¡Oh Cristo sacerdote, víctima y altar!
Conociendo nuestra debilidad,
te has ofrecido por amor
a todo aquel que camina y desfallece
y desea ahora llegar hasta ti.
Haz siempre intensa
nuestra hambre y sed de tus misterios:
de tu cuerpo, que nos salva,
de tu sangre que nos embriaga
en la certeza de tu amor inmenso,
¡oh don del Padre, oculto ahora
en el vino y en el pan!
Para que aprendiendo de Ti el amor,
vayamos y compartamos
en fe, esperanza y caridad
esta fuerza que de Ti nos viene,
¡oh vínculo de unidad
y fortaleza de tu Iglesia!
Amén