No puedes imaginarte la alegría que comparte la Iglesia, la Congregación y una familia al enterarse que uno de sus hijos, luego de un largo y exigente proceso de formación, será Ordenado Diácono, encaminado hacía el Orden Presbiteral. Ahora imagina esa alegría multiplicada por cuatro. Así es, cuatro misioneros, Roger Mamani Choque CM, Vero Urbina Verona CM, Bryan Palomino Pantaleón y Jorge Gallardo Sánchez CM, recibieron el Sacramento del Orden en el Grado del Diaconado, el día 27 de septiembre, solemnidad de San Vicente de Paúl para nuestra Congregación, aquí te contamos algunos detalles de esta celebración.
Asolados por una Pandemia
Luego de la Emisión de los Votos el 24 de febrero de 2020, los cuatro tuvimos una pequeña conversación con el Visitador, él proponía como una fecha posible para la Ordenación en el mes de abril o mayo, luego de los dos meses canónicos, dio algunas pautas y directivas a cada uno, y por la tarde y al día siguiente cada uno de los nuevos incorporados, nos fuimos a nuestras comunidades a retomar los trabajos, unas semanas más tarde, nadie se imaginó la paralización del mundo, debido a las consecuencias de la pandemia.
La inmovilización nacional, el aumento de los casos y los trabajos para paliar los estragos, se pusieron por delante en estos meses. Era imposible pensar en una Ordenación en esos momentos, más aún, Dios quiso que preparásemos en un servicio nuevo y creativo, con algunos riesgos quizá, pero en miras a un ministerio que va más allá de la Ordenación y que transciende a nuestra vocación misionera. El reparto de alimentos, víveres, medicinas. Las visitas a diferentes lugares donde prevalecía la necesidad. La disposición por ofrecer una formación a través de medios digitales y diversas iniciativas marcaron este tiempo de preparación, sin descuidar el ritmo propio de cada comunidad, desde la oración y el encuentro con el Señor. Las experiencias de cada uno han sido tan diversas y enriquecedoras, que quizá en un primer momento descolocaron los proyectos de cada uno, pero que finalmente, haciendo una mirada retrospectiva, han servido para afianzar nuestro ser misionero, corregir y enmendar nuestra humanidad, y profundizar en el misterio de Jesucristo Evangelizador de los Pobres.
La Pandemia dio lecciones a todos, y puedo decirles con una profunda convicción, que estos cuatro diáconos no fueron la excepción, muy por el contrario, han dejado lecciones profundas de las que Dios se irá sirviendo, a lo largo del tiempo que él nos dé para vivir nuestros ministerios.
Hacia el Diaconado
Hacía finales de agosto, el descenso de los contagios y la cierta estabilidad en cada comunidad dieron luces respecto a la posible ordenación. Para los que quieran saber un poco más, existen varios pasos, contemplados en el CIC y en nuestras Normas. Antes de Ordenarnos, deberíamos pasar por la Consulta del Pueblo de Dios, el examen sinodal y cinco días de Retiro. Programar todo esto y elegir la fecha fue un signo, así como cada espacio y momento que fuimos viviendo en el mes de septiembre. La fecha elegida, junto con el Visitador, fue el 27 de septiembre, solemnidad de nuestro fundador. Recibiríamos el sacramento del Orden, en el grado del Diaconado, de manos de Monseñor Revoredo CM. ¡Cohermano nuestro, un 27 de septiembre! ¡Wao, que regalo! Una fecha significativa para cualquier Vicentino. Entendíamos las disposiciones del estado y el estado de emergencia y latencia que aún vive nuestro país. Sabíamos que no habría familia ni invitados y que compartiríamos la celebración con nuestros hermanos mayores de la enfermería y los miembros de la comunidad de la casa Provincial.
Entre mucha oración, nostalgia y nerviosismo llegamos al día de la celebración, la cual fue transmitida por nuestro Canal de Facebook, con más de 1000 espectadores. Salió al final de la celebración, a manera de broma, que no hubiéramos podido atender a tantas personas, en fin. Las muestras de cariño y felicitación no dejaron de llegar en las horas siguientes, quisiera destacar un vídeo que, en complicidad con el P. Chuno y otros amigos nuestros, organizaron con nuestras familias. Fue quizá uno de los regalos más emotivos y desde aquí agradecemos a Mariana, la cómplice mayor en ese regalo.
Hacia un servicio profético y patente en el tiempo
Si bien el Diaconado hace un énfasis en el servicio de caridad, una de las mayores reflexiones que nos llevamos los cuatro es la necesidad de este énfasis no solo en el periodo de “tránsito” del ministerio sino en servicio permanente a lo largo de nuestro ministerio. La necesidad de una mirada profética, aunado a las ilusiones que tantas personas cargan en los cuatro, y finalmente la necesidad de mantener nuestra vocación asociada al misterio de Jesucristo, a esa dimensión de fe que no podremos nunca terminar de explicar ni comprender, a ese seguimiento incesante que durará todo el tiempo de nuestra vida y que será alimentado por la Misión y la Caridad al estilo de San Vicente De Paúl.
Ha sido un tiempo muy especial desde la preparación y muy significativo por la fecha y por la ordenación de las manos del Mons. Raimundo. Agradezco a Dios, a mi familia, a los cohermanos de la Congregación y la familia vicentina. Me encomiendo a sus oraciones. Diac. Roger Mamani Choque, CM
Agradezco a Dios y tantos hermanos, que han seguido paso a paso, nuestro caminar hacia el ministerio. Qué el Señor no nos haga perder de vista nuestro camino hacia la santidad a la que él nos ha llamado desde el bautismo, pongo en las manos del Señor este tiempo de ministerio y me uno a sus oraciones para ser fiel a Jesucristo Evangelizador de los más pobres. Diac Vero Urbina Verona CM
Ha sido una experiencia muy grande y emotiva, desde la preparación hasta la ceremonia. Agradezco a mi familia y mi comunidad por acompañarme en este tiempo. No se olviden de orar por mí y mis hermanos para que podamos ser fieles y creativos a Jesucristo. Diac Bryan Palomino Pantaleón CM
La ordenación para mí ha significado un paso mayor y pleno de mi consagración hacia Dios. Es también un momento de dar gracias al todopoderoso, a mi congregación, a mis padres y hermana, familiares y amigos por orar por mi persona y por mi ministerio. Y por siempre mostrarme el rostro de Dios amigo, de Dios hermano en todos los momentos de mi vida. Diac. Jorge Gallardo Sánchez CM
Contamos sus oraciones en este tiempo de “diaconado”, que buscamos que sea un eco que acompañe nuestro ministerio a lo largo de nuestra vida. Agradecemos a nuestras familias, formadores, amigos, a nuestra Congregación y a tantas personas que han ayudado con su oración, sus servicios y su cariño en este tiempo de formación. ¡Dios los bendiga a cada uno de ustedes!
Diacono Vero Urbina Verona CM