“Llamados a la Misión Fortalecemos Comunidades”
Crónica I
El día viernes 31 de enero la región San Martín amanecía con una lluvia moderada. Esto hacía pensar que lo pronosticado por el SENAMHI (Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú) era verdad: alerta roja para lluvias y ráfagas de viento, sin embargo hubo un pronóstico anterior que faltó revisar. El evangelio del sábado anticipaba Quién cambió el clima tras un llamado de atención “¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe?” y una vez más se confirmó lo dicho por los apóstoles: “Hasta el viento y las aguas le obedecen”.
La tarde del 31 era despejada y así arribaron al aeropuerto de Tarapoto 29 misioneros (una llegó al día siguiente). Una comitiva los esperaba para trasladarlos al centro pastoral de la parroquia Virgen de los Remedios en La Banda de Shilcayo. Tras la breve bienvenida, se dio lugar a la cena en una mesa larga donde comentaban anécdotas del viaje.
Al concluir, se comunicó cómo iba a ser la distribución de comunidades para la primera parte de misión, del 1 al 9 de febrero, en 5 caseríos. Luego de un tiempo de aseo se inicia la reunión para compartir la naturaleza y objetivo de esta misión de forma general. El p. Erick dio las pautas comunes primero, después, reunidos cada comunidad, se iba acercando para puntualizar las realidades y necesidades humano-espirituales en cada caserío. Culminamos este día con la oración.
Al día siguiente, 1 de febrero, el cielo amanecía en una lucha entre el querer y no querer llover. Iniciamos con la oración del Laudes en el Centro Pastoral y un momento de oración personal. Desayunamos y ya las movilidades que nos trasladarían a Sauce estaban a la espera. Distribuidos todos, iniciamos el viaje con una ligera lluvia.
El camino asfaltado terminaba antes de cruzar el río para continuar por camino de trocha. Tras el cruce del río Huallaga, que dejó maravillados a muchos, se llegó a Sauce para tener la misa de envío al mediodía. En Sauce ya estaba coordinado todo gracias al apoyo del consejo pastoral. Un suculento almuerzo preparaba las fuerzas para lo que venía. Eran las 2 de la tarde y ya estaban las movilidades dispuestas a partir. Los primeros en salir fueron los integrantes de las comunidades de Santa Rosa de Huayali y Alto Sauce. Tras ellos salieron los de Mirador y Nuevo Porvenir. En la última movilidad, los de Laurel. Para trasladarse a las comunidades más altas, tras una lluvia que malogra el camino, era necesario emplear la movilidad propia de la zona: una camioneta con barandas en la tolva…es la aventura de la misión.
Los misioneros de Santa Rosa de Huayali llegaron primero, luego los de Alto Sauce y después los de Mirador. Esas 3 comunidades llegaron hasta sus mismos caseríos. Los de Laurel tuvieron que caminar un tramo cuesta arriba. Los de Nuevo Porvenir tuvieron que esperar en Santa Rosa de Huayali hasta el día siguiente porque las movilidades no podían subir por la inestabilidad del camino. El animador de la comunidad de Huayali les ofreció su casa a los 6 misioneros de la otra comunidad. Esa noche durmieron 12 en su casa.
Ya para el domingo 2, un día muy soleado, los de Nuevo Porvenir llegan a las 8 de la mañana al caserío. Ahora ya todas las comunidades se encuentran en sus zonas. Todas bien recibidas por los fieles que se organizaron para preparar la bienvenida, distribuirse los alojamientos y las comidas.
¡La misión ha empezado! Nos corresponde a todos, como familia vicentina, orar por la misión. Por cierto una vez establecidos en sus comunidades vino la lluvia fuerte. Fue obra del Señor que todos llegaran a sus lugares y que la misión inicie. Ahora sí cambio y fuera.
P. Erick Félix, CM