Día 4: Caridad para con los ignorantes
“Lo segundo que la regla indica que hemos de hacer, es instruir a los pueblos del campo; hemos sido llamados a eso. Sí, nuestro Señor pide de nosotros que evangelicemos a los pobres: es lo que él hizo y lo que quiere seguir haciendo por medio de nosotros. Tenemos muchos motivos para humillarnos en este punto, al ver que el Padre eterno nos destina a lo mismo que destinó a su Hijo, que vino a evangelizar a los pobres y que indicó esto como señal de que era el Hijo de Dios y de que había venido el Mesías que el pueblo esperaba, Tenemos, pues, contraída una grave obligación con su bondad infinita, por habernos asociado a él en esta tarea divina y por habernos escogido entre tantos y tantos otros, más dignos de este honor y más capaces de responder a él que nosotros.”.