TRIDUO EN HONOR A SAN VICENTE DE PAÚL
DÍA 1: “SAN VICENTE DE PAÚL EVANGELIZADOR DE LOS POBRES”
Invocación: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración Inicial:
Señor, Dios nuestro, que para el servicio de los pobres y la formación del clero infundiste las virtudes apostólicas en el presbítero san Vicente de Paúl, concédenos que, animados por su mismo espíritu, amemos lo que él amó y pongamos por obra lo que enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Iluminación Vicentina
“Entreguémonos a Dios, Padres, para ir por toda la tierra a llevar su santo Evangelio; y en cualquier sitio donde Él nos coloque, sepamos mantener nuestro puesto y nuestras prácticas hasta que quiera su divina voluntad sacarnos de allí. Que no nos arredren las dificultades; se trata de la gloria del Padre eterno y de la eficacia de la palabra y de la pasión de su Hijo. La salvación de los pueblos y nuestra propia salvación son un beneficio tan grande que merece cualquier esfuerzo, a cualquier precio que sea; no importa que muramos antes, con tal de que muramos con las armas en la mano; seremos entonces más felices, y la Compañía no será por ello más pobre, ya que “sanguis martyrum semen est christianorum” (la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos). Por un misionero que haya dado su vida por caridad, la bondad de Dios suscitará otros muchos que harán el bien que el primero haya dejado de hacer” (XI, 290).
Reflexión
Para san Vicente de Paúl la evangelización se dirige a todos los hombres, según la consigna de Jesús, tiene por sí misma un carácter universal. En san Vicente, toma esa dimensión a partir del momento en que varios de sus hijos se embarcan para Madagascar. De igual modo, la misión de evangelización universal de la Iglesia no nos permite dormir en paz, en la comodidad de una fe tranquila durante tanto tiempo, mientras nuestros hermanos más lejanos mueren en la ignorancia y la miseria. La indigencia del mundo es un desafío para todos los hombres, pero en primer lugar para los cristianos y para la Iglesia: nunca los pobres querrán creer que son hijos de Dios y la “Buena Noticia” seguirá siendo para ellos una burla, si nosotros no hacemos nada, para que su dignidad sea reconocida.
La experiencia y la enseñanza de san Vicente de Paúl hacen resaltar que se necesita, desde luego, anunciar el Evangelio a quienes no lo conocen (y en primer lugar a los pobres), y anunciárselo de palabra y con obras. Mas a su vez, fueron ellos los que en cierto modo evangelizaron a san Vicente, fueron ellos los que le transmitieron la llamada del Señor. En las horas cimeras de su vida, ellos estaban en el cruce de los caminos para decirle a dónde había que ir: fueron ellos quienes le revelaron a Jesucristo.
Preces
Bendigamos, llenos de alegría, al Padre que encomendó a Cristo un mensaje liberador para los pobres y digámosle: Señor, guía nuestras sendas en la claridad de tu rostro
- Señor, que hoy vivamos en tu amor y en tu servicio, teniendo en Jesucristo nuestra referencia y modelo en el camino de la caridad.
- Enséñanos a acoger a los necesitados y pobres que encontremos en nuestro camino, y dar testimonio de tu amor paternal.
- Haznos voz autorizada de las necesidades y aspiraciones legítimas de los pobres, especialmente de cuantos no tienen posibilidad de hacerse sentir.
- Ayúdanos a llenar el mundo de tu Espíritu, para que todos los hombres sientan tu presencia salvadora.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final
Señor Jesús, Tú que quisiste hacerte pobre, haz que tengamos ojos y corazón para los pobres; y que te reconozcamos a Ti en ellos; en su sed, en su hambre, en su soledad, en su desventura. Suscita en nuestra Familia Vicentina la unidad, la sencillez, la humildad y el fuego de la caridad que abrasó a San Vicente de Paúl. Danos fortaleza para que, fieles a la práctica de estas virtudes, podamos contemplarte y servirte en la persona de los pobres y un día unirnos a Ti y a ellos en tu Reino. Amén
DÍA 2: “SAN VICENTE DE PAÚL ORGANIZADOR DE LA CARIDAD”
Invocación: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración Inicial:
Señor, Dios nuestro, que para el servicio de los pobres y la formación del clero infundiste las virtudes apostólicas en el presbítero san Vicente de Paúl, concédenos que, animados por su mismo espíritu, amemos lo que él amó y pongamos por obra lo que enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Iluminación Vicentina
“Me hablaron de su enfermedad y de su pobreza, de tal forma que, lleno de gran compasión, lo recomendé con tanto interés y con tal sentimiento que todas las señoras se vieron impresionadas. Salieron de la ciudad más de cincuenta; y yo hice como los demás; lo visité y lo encontré en tal estado que creí conveniente confesarlo: Y cuando llevaba el santísimo Sacramento, encontré algunos grupos de mujeres y Dios me dio este pensamiento: ¿No se podría intentar reunir a estas buenas señoras y exhortarles a entregarse a Dios, para servir a los pobres enfermos? A continuación, les indiqué que se podrían socorrer estas grandes necesidades con mucha facilidad. Inmediatamente se decidieron a ello. Luego se estableció en París esta Caridad, para hacer lo que estáis viendo. Y todo este bien procede de allí” (lX, 202-203).
Reflexión
San Vicente descubre que la caridad, amor efectivo del prójimo en los planos material y espiritual, dimensión esencial de la Iglesia, no podría reducirse a un asunto individual. Es una empresa de la Iglesia y los que acepten encargarse de ella deberán constituirse en célula de Iglesia.
Tal como san Vicente intenta organizarla, el amor del prójimo no se reduce a una inofensiva distracción que decora la ociosidad de las señoras de la buena sociedad: no es simplemente una obra de piedad entre otras; está en lo más íntimo del corazón de la enseñanza de Jesucristo, en lo más íntimo del corazón de la Iglesia.
La fundación en Châtillon de la primera “Caridad” será seguida de una multitud de otras, que cubrieron rápidamente la cristiandad con una red tupida hasta el punto de transformar la faz de la Iglesia y la atmósfera de la sociedad.
La caridad que, ayer como hoy, anima los grupos promovidos por san Vicente no puede ser reducida a una mera relación de asistencia, por muy bien organizada que esté. No se trataba y no se trata solamente de reparar los fallos de la organización de la sociedad: la caridad sólo sería, en tal caso, una empresa de recuperación y la buena conciencia del orden establecido. Sería como el servicio de ambulancia que sigue al ejército para recoger los heridos. Pues bien, sin menospreciar esa función, se trata de mucho más que de eso, se trata de cambiar hasta el reglamento de la marcha y la trabazón de las jerarquías, para que los débiles y los pequeños no sean ya oprimidos, sino respetados, y se les dé su oportunidad.
Preces
Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que, con la intercesión y el ejemplo de san Vicente de Paúl, nos impulse a una vida santa, y digámosle: Llénanos de tu amor, Señor
- Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos, has que la Iglesia, extendida por los confines de la tierra, cante siempre tus grandezas.
- Padre santo, enséñanos a amar realmente y sin preferencias a nuestro pueblo y a todo ser humano, y a erigir una convivencia humana en la paz y el bienestar.
- Padre santo, que has puesto en la caridad la perfección de la ley, muévenos a compartir el gozo de los alegres y la pena de los tristes, para que nuestro amor revierta más y más en bien de todos.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final
Señor Jesús, Tú que quisiste hacerte pobre, haz que tengamos ojos y corazón para los pobres; y que te reconozcamos a Ti en ellos; en su sed, en su hambre, en su soledad, en su desventura. Suscita en nuestra Familia Vicentina la unidad, la sencillez, la humildad y el fuego de la caridad que abrasó a San Vicente de Paúl. Danos fortaleza para que, fieles a la práctica de estas virtudes, podamos contemplarte y servirte en la persona de los pobres y un día unirnos a Ti y a ellos en tu Reino. Amén
DÍA 3: “SAN VICENTE DE PAÚL FORMADOR DEL CLERO”
Invocación: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración Inicial:
Señor, Dios nuestro, que para el servicio de los pobres y la formación del clero infundiste las virtudes apostólicas en el presbítero san Vicente de Paúl, concédenos que, animados por su mismo espíritu, amemos lo que él amó y pongamos por obra lo que enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Iluminación Vicentina
“Al principio no pensábamos ni mucho menos en servir a los eclesiásticos; sólo pensábamos en nosotros y en los pobres… Así, al comienzo, la Compañía sólo se ocupaba de sí misma y de los pobres… Dios permitió que en nosotros sólo se viera esto; pero, cuando llegó la plenitud de los tiempos, nos llamó a que contribuyéramos a formar buenos sacerdotes, a dar buenos pastores a las parroquias y a enseñarles lo que tienen que saber y practicar” (XI, 390).
Reflexión
Vicente seguía paso a paso a la divina Providencia intentando no adelantarse al ritmo que ella le marcaba ni tampoco retrasarse. Viendo el estado de la vida religiosa de los campesinos se convenció de que la divina Providencia lo llamaba a evangelizar a las pobres gentes del campo, abandonadas, e ignorantes de las verdades fundamentales de la fe necesarias para la salvación. Muy pronto llegó a la convicción de que para conservar los buenos frutos de las misiones se requerían sacerdotes bien preparados y llenos de celo. Estaba asimismo bien convencido de que la renovación de la Iglesia debía comenzar por la reforma del clero, y que ésta tenía que iniciarse con su formación.
En vista de esta necesidad se crearon tres instituciones para la formación del clero: los ejercicios de los ordenandos, las conferencias de los martes y los seminarios. Estas actividades entraron muy pronto en uno de los fines principales de la Congregación. El santo escribió que nuestro instituto tiene dos fines principales: la instrucción de la pobre gente del campo y la formación del clero. El uno y el otro tienen igual importancia y estamos obligados a los dos. Por tanto, si un misionero afirmara que ha sido enviado sólo a evangelizar a los pobres campesinos –afirma el santo– y no estuviera dispuesto a emplearse en la formación del clero sería un misionero a medias, habiendo sido enviado para las dos cosas.
Preces
Presentemos al Dios, uno y trino, nuestras súplicas por el bien de la Iglesia y cada uno de nosotros, y digámosle: Te glorificamos, Señor.
- Señor Jesús, te pedimos por la Iglesia, santifícala en la verdad, para que difunda tu Reino entre las gentes.
- Ayúdanos a construir un mundo más humano y más justo, buscando la constante riqueza de tu Reino.
- Acuérdate de los que sufren a causa de la opresión, de la miseria, del hambre, da a todos el consuelo de tu presencia y la ayuda de nuestra caridad.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Oración Final
Señor Jesús, Tú que quisiste hacerte pobre, haz que tengamos ojos y corazón para los pobres; y que te reconozcamos a Ti en ellos; en su sed, en su hambre, en su soledad, en su desventura. Suscita en nuestra Familia Vicentina la unidad, la sencillez, la humildad y el fuego de la caridad que abrasó a San Vicente de Paúl. Danos fortaleza para que, fieles a la práctica de estas virtudes, podamos contemplarte y servirte en la persona de los pobres y un día unirnos a Ti y a ellos en tu Reino. Amén